lunes, octubre 23, 2006

HARAKIRI. XIV

"aprendo de mis pasos, entiendo en mi caminar aprendo de mis pasos, entiendo en mi caminar aprendo de mis pasos, entiendo en mi caminar aprendo de mis pasos, entiendo en mi caminar....."
-Julieta Venegas
Cuando conocí al Demon estábamos en la secu, era nuestro primer año en ese lugar, la verdad es que ni siquiera nos hablábamos mucho, de hecho tiendo a hablar poco cuando soy nuevo en algún sitio, a muchos les molesta a otros ni les importa. En aquel entonces la banda gustaba de comprar papitas que traían consigo una bolsita de capsu, y pues como el apellido de el “Demon” es “Cab”, pues a los chamacos les valió madre la diferencia entre la “p” y la “b” y le dejaron el apodo que lo acompañaría un buen rato, bueno aún lo usa pero solo con gente selecta.

En compañía del “Cabsu” logré conocer el mundo del comic, el manga y el anime, y también los videojuegos, fue una gran influencia durante la secundaria para mi acervo contracultural, todo el tiempo estábamos coleccionando comics y revistas de club nintendo, recuerdo que en aquel entonces jugar el súper nintendo era la neta del planeta.

Algo que siempre ha caracterizado al buen Cab ha sido la facilidad con la cual se mete en problemas y la elocuencia de sus pendejadas cuando las dice, además posee un talento cabrón para dibujar en prácticamente cualquier superficie y con prácticamente cualquier material, lo mas chido es que el buen Cab ha cambiado en infinidad de veces su doctrina social, bueno siempre está en cambio, ya fue darketo, punketo, glam roker, skate, patineto, rapero y ahora anda en su etapa de mimo, desde que le platiqué de Alejandro Jodorowsky se le metió en la cabeza la idea de irse a la calle y probarse así mismo como mimo, el sol calienta de la chingada en Tabasco, nos contaba que el maquillaje se le escurría por el intenso calor que hacía, los semáforos fueron su escenario, la primera vez no pidió ni un peso, su mayor recompensa fué el haber podido arrancarle una sonrisa a la gente que pasaba por ahí, los chavos le gritaban: ¡Hey mimo!, y Cabsu el Mimo les contestaba con algún gesto gracioso o algún exagerado saludo, un cuate que tenemos en común, el Homero, pudo atestiguar su show, pero nos confeso que su hermana, la de Homero, lloró al ver como nuestro entrañable amigo toreaba carros a diestra y siniestra solo para lograr lo que Jodorowsky describe como un acto poético, algunos pensaran que lo hizo por dinero, los que lo conocemos sabemos que lo hace por gusto.

Por ser como es también los apodos le han cambiado, primero fue el “Cabsu”, cuando lo vimos por primera vez en shorts lo llamaron “Chabelon”, por su pinche apetito voraz también fue conocido como el “Sabañón”, cortesía de mi mamá, por su seudónimo en los comic´s “Demon” y por el supuesto Free style que se hecha al rapear se autonombró “Lengua de serpiente”.

Sin darse cuenta el buen Cab ha sido de todo, pintor, dibujante, cantante, actor, lanza fuegos, por cierto aquí hago un paréntesis, la vez que el cab se puso a lanzar fuego con gasolina estuvo genial, el cabrón se quemo las cejas y parte de la cara, afortunadamente no le quedaron cicatrices, en fin el buen Cab ha sido todo, amigo, enemigo, hermano, primo, hijo, de todo, ha salido adelante por si solo, aunque algunos lo juzguen por su manera de vestir y de actuar él siempre suele ignorar a los ignorantes, y no, no estoy mal, es mas lo escribo de nuevo, siempre ha sabido ignorar a los ignorantes, él mejor que nadie sabe lo que es luchar por algo que se quiere, él mejor que nadie sabe lo que es ir a contracorriente, él mejor que nadie sabe lo que es ser señalado, él mejor que nadie sabe lo difícil que es mantener un trabajo, estudiar y ayudar a la familia, es por eso que en este Harakiri le brindo un pequeño homenaje al buen Emanuel Alejandro Cab Sanchez, Cabsu para los cuates.