martes, febrero 05, 2013

HARAKIRI: VOLVER A LA UNI...


    Hueso e mico, pochitoque, nacajuca, juchiman, universidad, ¡UJAT! 
Porra universitaria, UJAT 



Hoy tuve que ir a la universidad, no como alumno regular, pero fui, técnicamente aún soy alumno de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, específicamente de la división Académica de Educación y Artes, por cierto que mi carrera está del lado de las artes porque se trata de la Lic. en Comunicación.

De alguna manera puedo decir que me colé al primer día de clases del nuevo ciclo escolar que comienza en mi alma máter, de la misma manera en que me estoy colando al escribir estas líneas me estoy colando a la pregunta que hace el Mtro. Kristian Antonio Cerino, periodista, columnista, cronista, catedrático y autor del blog "Libreta de mar" en http://libretademar.blogspot.com, en su twitter (@KristianCerino).

La pregunta del profesor Kristian es, ¿cómo te sentiste en tu primer día de clases en la UJAT?, bueno yo la cambiaría a, ¿cómo te sentiste al regresar de nuevo a la UJAT?, y es válido, nosotros los fósiles tenemos nuestro corazoncito, tenemos sentimientos, ser casi de la especie del Mosh no nos excluye de sentir cariño por el lugar que nos formó como juchimanes, medio rebeldes y vagabundos, pero juchimanes al fin, si, tal vez rezagados, esos que no terminaron todas las materias, esos que terminaron y no se han titulado esos que lo intentaron y claudicaron, esos que pasamos por la universidad y casi derramamos una lagrima porque, aunque a veces refunfuñemos, extrañamos de todo corazón a nuestra universidad.

Me sentí nostálgico, las cosas casi no han cambiado, posiblemente hay rostros nuevos en el alumnado y el profesorado, entre el cuerpo administrativo y de intendencia, pero hay personajes que que perduran para toda la vida, como el vende pastelitos, cómo olvidarlo ¡carajo!, si el universitario es como el reportero de a pié, siempre tiene hambre, tanto estudio abre el apetito, y aunque después de comer daba sueño y al despertar daba hambre pero en fin, ese héroe del estudiantado que con su cajón al hombro llevaba siempre saciedad al hambre feroz de los desprotegidos, porque el universitario promedio vive al día, de lo que le pide a su papá, lo que le alcahuetea su mamá y lo que cascaréa a sus abuelos o hermanos sean chicos o grandes, solo así puede hacer su capital para comprar municiones en un día de clases, municiones que van desde cigarros, clicles, sabritas, jugos, helados, galletas, panuchos, taquitos, hamburguesas, refrescos y por qué no, una que otra tarjeta para el celular, sin incluir el cambio para el transporte, que bueno, para ser honestos, están los que si llevna lana y hasta carro, pero para los desprotegidos el pastelero era su redentor, porque el pastelero había descubierto el lado bueno de los micro créditos, según el historial crediticio de cada chamaco come-pastelitos aprobaba, o no, fiar los bocadillos rellenos de jamón, nada fino, crema o carne a sus clientes, más de uno sufrió del embargo de algún objeto personal, pero es que el hambre es canija y no perdona al universitario ni a nadie más.

Otro personaje al que pude reconocer fue al vende dulces, ese que tenía que soportar las quejas del universitario austero con respecto al precio del tabaco, mismo que entre los estudiantes era de vital importancia así como lo es para los prisioneros, además, no se puede lograr una actitud posser sin un buen tabaco, apunten eso.

Y no solo los personajes me causaron nostalgia, también los lugares, como el pequeño retorno frente a la plazuela de DAEA, a un costado del estacionamiento, ese lugar donde te podías sentar horas a platicar no importándote que en maestro pasara en tus narices y en donde se planeaban las reuniones de estudio, ¡ajá!, y qué decir de ese maravilloso embarcadero en la Laguna de las Ilusiones que por sus tardes nos regalaba bellas postales con la caída del sol, ideales para ir con las amigas o amigos, según la preferencia, a estudiar anatomía en una división que ni siquiera ofrece la cerrera de medicina.

En fin, nostalgia, eso es lo que sentí al regresar a la UJAT en su primer día de clases, diviértanse, fuera de relajo estudien por favor, tengan muchos amigos y amigas, muchos novios y novias, cuídense, disfruten su juventud, no anden regando niños a lo wey y sobre todo vivan con intensidad el ser universitarios, suerte.

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