sábado, marzo 19, 2016

MERCENARIAS DE AFRODITA VI

"solo puedo decir en mi defensa que hay ocasiones en que no siempre se es lo suficientemente maduro para saber qué hacer con el amor."
                            -Detective Vargas




VI

Un olor a cigarro me hizo abrir los ojos, aún podía sentir en mi sexo la paliza que la "muerta" me había dado, seguí con mi olfato incienso de tabaco que impregnaba el aire y al mirar hacia el escritorio el sillón ejecutivo me daba la espalda, acostado allí en el sofá donde prácticamente había sido violado -guácala que rico-  me era imposible ver de quién se trataba, un hilillo de humo se asomaba por encima del respaldo el cual estaba un tanto inclinado hacia atrás ya que la "muerta" tenía los pies sobre la orilla de la ventana, caminé lentamente para flanquearla y conocer la identidad de quien había abusado de mí, parecía que posaba como para ser pintada, traía puesta solo mi guayabera y un hermoso "cachetero" casi transparente color negro con encaje rosa a las orillas, toda una diosa, podría haberla contemplado por siempre, ahora sabía que no había sido un sueño, que no se me había subido una "muerta", en realidad se trataba de mi ex clienta que al parecer había vuelto para recontratarme.

       -¿Acostumbra a irrumpir de esa manera en las oficinas de la gente señorita?- le pregunté.

     -Solo en las que me interesan Sr. Vargas- contestó sin desapartar la mirada de la ventana.

        -Pensé que no te volvería a ver.

        -¿Por qué lo dices?

      -Por lo ocurrido en el bar, pensarás que soy un farsante, supongo que te decepcioné.

      -Cariño, no quiero romper tus ilusiones pero si crees que eres la primera persona en la vida que me ha ocultado algo, mentido o algo peor estás muy equivocado, has llegado un poco tarde, otros ya se encargaron de eso, aquí la verdadera cuestión es, ¿serás capaz de resolver mi caso?

     -Gracias por aclararlo, llegué a sentirme especial, y con respecto a tu caso ¿por qué no habría de poder resolverlo?

       -Bueno es que no sé si los escritores-locutores sean buenos detectives.

       -Veo que hiciste la tarea.

   -No solo tú puedes jugar a ser investigador, además no se necesita ser Sherlock Holmes cuando tienes a la mano Internet; funciona para la mayoría de las cosas. 

     -Además de bella inteligente, creo que me estoy enamorando.

   -No te hagas ilusiones guapo, lo de anoche fue una especie de relax para mí, me sentía algo estresada y necesitaba relajarme.

   -¡Jesucristo bendito!, cuando te sientas así sabes dónde encontrarme.

    -Lo tomaré en cuenta amor.

   -Qué te parece si me das los pormenores de tu caso, solo sé que buscas a tu mascota, y puedo entender que la quieras mucho pero, ¿no sería más fácil que te compraras otra?

  -¿Acaso nunca has tenido una mascota detective, una que quieras mucho?- me cuestionó.

   -Claro que sí, tuve algunas.

  -Pues hace tan solo un momento dijiste estar enamorándote de mí, pero si tu concepto de amor es como el que le profesas a tus mascotas no quiero pensar lo que me pasaría a mí.

     -Eres dura preciosa, solo puedo decir en mi defensa que hay ocasiones en que no siempre se es lo suficientemente maduro para saber qué hacer con el amor.

  -Seguimos hablando de las mascotas, ¿verdad?

  -Por supuesto...- contesté no muy convencido.

     -Anda muchacho, cómo se llamaba...

    -Ginger, siempre había soñado con una así, cuando supe que estaba disponible fui por ella, le dí lo mejor de mí, pero un buen día enfermó y no supe qué hacer, después de ver un par de veterinarios las esperanzas fueron pocas, sugerí sacrificarla, el veterinario no quiso "dormirla", yo no podía conservarla, tenía una especie de tumor, había estado pagando un tratamiento pero al parecer el veterinario me había estado engañando y no le habían hecho nada, entonces decidí sacrificarla yo mismo, cuando quise hacerlo no tuve el valor así que solo la solté en el campo y no supe nada más de ella, cuando veo un labrador como ella vuelve a mí la culpa, ahora sé que debí haberme endeudado hasta curarla aunque uno de los veterinarios dijo que no tenía cura, me arrepiento de haberla abandonado a su suerte, realmente amaba a esa "perra del mal", siempre había soñado con tener un labrador y ella era perfecta a pesar de que cuando supe que era hembra me resistí un poco, al final se robó mi corazón.- caminé hasta la cafetera y me serví un poco de café.

       -Siento mucho que hayas pasado por eso, pero son precisamente esas cosas las que nos ayudan a madurar, mi niña se llama "Bonita", es una Rottweiler de 2 años de edad, necesito encontrarla porque la amo y porque lleva puesto un collar con un valor de mas de 40,000,000 millones de dólares.


Cuando escuché esto escupí el buche de café y no precisamente porque haya estado caliente, definitivamente ella debía estar bromeando.

-No hablas en serio, ¿verdad?

-Nunca antes había hablado tan en serio guapo.

-¿Cómo es que una chica que tiene que bailar para vivir tiene en su poder un collar valuado en cuarenta millones de dólares?

-Dedúcelo, tú eres el detective cariño...


Continuará...

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