miércoles, diciembre 26, 2012

HARAKIRI: LA RADIO QUE ME GUSTA


"La radio no tiene futuro, 
los rayos X resultaran una farsa 
y las maquinas voladoras 
mas pesadas que el aire 
son imposibles."
Thomson, William



Cuando hago una retrospectiva en la micro historia de mi vida trato de ubicar el momento en el que me nació el gusto por la radio y rápidamente vienen a mi mente 2 episodio de mi vida que me hacen comprender de el por qué terminé haciendo programas de radio y del porqué extraño la cabina.

De pequeño, tenía 7 u 8 años, jugaba con mis primas a concursar en los programas que como mecánica con el público tocaban canciones para que los radioescuchas adivinaran los títulos de las mismas, con la diferencia de que a falta de una fonoteca de primer mundo cantábamos las canciones y emulábamos  a los locutores, de los cuales durante mi infancia a los que más ubico, como Tabasqueño que soy, son a Don Carlos Cesar Gil “El Jinete de la Pradera y a los Sivilla Zurita, en especial al Jinete porque mi padre cuando me mandaba a abrir la puerta del garaje lo citaba diciendo “¡abre el portón peludo!” .

Años después durante mi adolescencia, cursaba la preparatoria, escuche un programa llamado “El Rapidin”, con la voz del Sr. Homero Santiago, hoy ya viejo conocido y pariente cercano, y fue allí donde, como se dice popularmente: la puerca torció el rabo, sería la primera vez que escucharía la manera de hacer radio al estilo del Distrito Federal, cosa que a los más conservadores de la radio en Villahermosa Tabasco no les caía muy en gracia.

Los albures, el cotorreo, la música de moda y tratar temas abiertamente sobre sexualidad, los equipos de promoción y dinámicas con el público me atraparon, no sé si el buen Homero innovó en Villahermosa con una manera de hacer radio más de la capital, probablemente alguien ya lo había hecho antes, pero fue lo que conocí, lo que escuché y la razón por la cual después me dedicaría a este asunto.

Durante la carrera de comunicación conocí el programa de Alejandro Cacho e Iñaki Manero, entendí lo que eran las cadenas nacionales, descubrí la diferencia entre la radio local y la nacional, me quedó claro que muchos locutores y líderes de opinión trabajaban en radio y TV, y también supe que en aquellos años, y aún ahora también, no se podía decir lo mismo en TV que en Radio.

En estos tiempos Tabasco ya cuenta con una extensa cantidad de radiodifusoras en la banda de FM y AM, o en ambas cuando estas son combo, existen programaciones que combinan las producciones nacionales con las locales, y afortunadamente más “locutores” tienen oportunidades de hacer radio, el problema aquí es que a pesar de que no soy tan viejo, probablemente si soy más tradicionalista, y aunque hice radio de entretenimiento echando relajo, programando complacencias y mandando saluditos, cuando logré mi independencia creativa, es decir, cuando yo escribí mis proyectos de radio, entradas, salidas, cortinillas, rompecortes, y producción en general, opté por hacer una radio de contenido, la cual en Tabasco nunca he visto que sea muy popular, en la ciudad de México existen programas temáticos importantes, y la gente les presta a tención y los escucha, durante mi paso por la radio descubrí que en Tabasco la mayoría prefiera las complacencias, saluditos y albures a la información, el análisis y la buena producción.

Para quienes no lo saben uno puede comprar su espacio en radio, el problema es que te lo venden y el director de la estación solo se preocupa de que pagues la mensualidad a tiempo, si el programa es bueno o malo no importa, lo que importa es el ingreso. Y qué decir de muchos chavos que están haciendo radio, con todo respeto, muchos no dan el ancho, y te pega en el alma que ellos estén al aire y  yo, tú o ustedes no, pero eso tiene una respuesta, posiblemente esos chavos inexpertos y en muchos casos ignorantes de lo que es hacer radio, no cobran ni un peso, tal y como me ocurrió cuando estuve en la radio del gobierno del estado, tal y como lo hicieron muchos de mis compañeros, tal y como muchos a los que les apasiona la radio lo siguen haciendo.

Si bien la radio en Tabasco ha avanzado un poco aún le queda un largo trecho por recorrer, hay que reeducar a gente para escuchar radio, obligar a los dueños y directivos s pagar a los locutores, reporteros y equipo técnico y de producción salarios dignos, obligarlos a que equipen sus empresas con aparatos funcionales y de buena calidad, obligar a quienes hacen radio a comprometerse con un medio tan noble como lo es la radio.

Lo bueno de tener tantas estaciones ahora en Villahermosa es que si no te agrada algo le puedes cambiar, hoy yo ya no escucho Panorama informativo de grupo Acir, me cansé de Alejandro Cacho e Iñaky Manero y Areli Paz, hoy prefiero escuchar W Radio y los programas de Héctor Jimenez Landín, Martha Debayle, Fernanda Tapia, programas como El Hueso con Fernando Rivera Calderón, y a muchos otros, porque a pesar que son de Televisa, en mi humilde opinión, me inspiran confianza y credibilidad, esa que ante las cámaras de la televisora de los Azcárraga es cuestionable en su totalidad, porque mientras Alejandro Cacho regaña a gobernadores y se mete con todo mundo en su programa de radio, cuando llega a Televisa a leer noticias es un niño muy obediente que no dice nada, tal vez por eso ya no lo hace con frecuencia, pero queda claro que la gente de W Radio al no tener los reflectores en frente es más libre, tienen la opción de denunciar con más punch y cumplir con sus responsabilidad social, esa es la radio que me ha gustado, y la que estoy consumiendo.

Recuerdo que cada que escribía un proyecto para un nuevo programa de radio me partía la cabeza pensando hacer algo que agradara a los directores de las radios locales, nunca les gustaba nada de lo que uno presentaba, porque no era “comercial”, pero al rato escuchabas tu proyecto al aire, con otro nombre claro, y la verdad no creo que haya cambiado tanto, por eso abandoné la idea de la radio comercial y decidí insistir una y otra vez en regresar al lugar que me hizo locutor, 94.9 FM, la radio del gobierno del estado, porque si bien no era libre de tocar temas políticos, no me limitaban al hablar de música, ciencia, tecnología, literatura, comics y cultura general, contenido pues, el mismo formato que tienen los programas de cadenas nacionales, contenido que en la radio local es del gusto de muy pocos.

Aún así me gustaría regresar a hacer radio, me gustaría estar en cabina, me gustaría ganar un salario por hacer lo que me gusta sin tener que andarle rogando a los patrocinadores que me compren publicidad, me gustarían tantas cosas, pero no siempre se tiene lo que se quiere, por lo menos mientras eso pasa seguiré monitoreando las estaciones  y es cuchando la evolución de la radio local, que tal vez sea lenta, pero segura.

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