viernes, febrero 06, 2015

HARAKIRI: LA GESTIÓN

Con la intención de concursar con un texto en la convocatoria realizada por http://masterpeace.fundacionannazarnecki.org/index.html escribí un par de cuentos que al final decidí no enviar para dicho certamen, preferí quedarmelos y compartirlos tanto en mi blog como en el un colectivo que recien inicia y que exije textos ineditos, HOJA EN (EL) BLANCO (http://hojaenelblanco.blogspot.mx).

El tema es los 43 desaparecidos,  Ayotzinapa y su impacto en la sociedad.

 "Los 43 son, o eran, jóvenes preparados para la vida, para la política, para la batalla contra la opresión, informados, organizados, inteligentes, rebeldes y muy probablemente indignados y rabiosos con la forma en que su estado y su país les ha tratado desde que nacieron"

Fragmento de  la columna PLAN B de LYDIA CACHOhttp://aristeguinoticias.com/2701/mexico/plan-cicatriz-ayotzinapa-articulo-de-lydia-cacho/




David es representante de su comunidad, logró ese puesto en base a elección popular, la gente lo respeta y admira, saben que pueden confiar en él para resolver los problemas que surgen, el gobierno tiene pendientes varios trabajos pendientes en el lugar y las gestiones de David son la esperanza de los pobladores.

Rosita es hija de David, tiene 8 años, acompaña a su padre siempre que necesita el apoyo de los vecinos de la comunidad, David muchas veces necesita recolectar las firmas de los vecinos para poder tramitar obras en el ayuntamiento, a Rosita le parece divertido ir de puerta en puerta con su papá, algunos vecinos le invitan  bocadillos y golosinas a la pequeña gestora.

David trabaja como diseñador gráfico en una revista local, el salario no es mucho pero le permite poder llevar la comida a la casa, parte de sus actividades fuera del trabajo es la de ver, escuchar y leer la mayor cantidad de noticias que pueda ya que eso le sirve para conocer las tendencias de publicaciones de todas partes del mundo y así estar a la vanguardia, es de las pocas maneras que tiene para estar actualizado, Rosita siempre se sienta con su papá a ver los periódicos y revistas, le interesa mucho saber por qué son tan importantes para su papá quien a veces no tiene tiempo de jugar con ella por estar pegado a esas publicaciones o a en la computadora.

Desde hacía varias semanas todo lo que papá veía, escuchaba y leía tenía una palabra en común, “Ayotzinapa”, y además un número, “43”, la curiosidad le había entrado de manera tal que decidió preguntarle a su papá qué era todo eso, David se encontraba muy ocupado en ese momento y le dijo a su pequeña que ese asunto era muy complejo y que ella era muy pequeña para entender.

María, la madre de Rosita trabaja como enfermera en un hospital de la ciudad, tiene turnos extenuantes, trabajaba dos días de mañana, dos días de tarde y dos días de noche descansando un solo día a la semana, siempre anda con prisas, porque en ocasiones, cuando falta alguna compañera le llaman para cubrirla, no tiene opción, ella no es una enfermera titular, está contratada de manera eventual y sabe que debe hacer méritos para ganarse la titularidad en el hospital.

Cierto día María se preparaba para salir a trabajar de improviso pues le habían llamado del hospital para cubrir a una compañera que faltó a trabajar, iba de un lugar a otro buscando su cofia, su uniforme y todo lo demás, Rosita seguía indagando sobre Ayotzinapa y el número 43, así que pensó que tal vez su madre podría ayudarle dándole alguna pista, sin embargo María no le prestó mucha atención y mientras tomaba un suéter, para aguantar el frío del hospital, besó la frente de su pequeña y le pidió que se fuera a ver la televisión ya que, según María, su nena estaba muy chica para preocuparse por cosas de los grandes, ya era de noche, María no regresaría sino hasta al día siguiente por la mañana.

Rosita decidió hacerle caso a su mamá, fue a la sala buscando a su padre para pedirle permiso para ver televisión y lo encontró dormido en el sofá con la computadora portátil en las piernas, revistas y periódicos regados a los lados, la niña no quiso despertarlo y le quitó la computadora de las piernas, cuando se disponía a apagar el televisor el presentador de noticias daba cuenta de los acontecimientos más recientse sobre el caso Ayotzinapa y los 43 normalistas desaparecidos, Rosita se acomodó junto a su papá y se quedó mirando el televisor.

Por la mañana el despertador del celular de David le indicaba que debía despertarse para ir a trabajar, le dolía el cuello por haber dormido sentado, la televisión estaba encendida y Rosita descansaba recostada en sus piernas, ambos se habían dormido mirando el televisor, María no tardaría en llegar y él aún no vestía a su niña para llevarla a la escuela de camino al trabajo, así que le dio un beso en la frente y cariñosamente la despertó, lo primero que dijo su nena al despertar fue: -papá, ¿verdad que van a aparecer?, David no entendía la pregunta de su niña, no sabía de qué le estaba hablando, -¿quiénes hija?,preguntó, -los 43 muchachos desparecidos papá;  le dijo la niña a su padr, este le sonrió y con un beso en la frente le dijo que él esperaba que si.

Por la tarde Rosita regresaba de la escuela con su padre y este le preguntó por unos papeles con muchas firmas ya que las había extraviado, la niña le preguntó que para qué quería todas esas firmas, David le explicó que esas firmas servían para poder pedir cosas al ayuntamiento y con ellas demostrar que la comunidad estaba de acuerdo y apoyaban esa solicitud, él como su representante es la voz de la comunidad, de esa manera no tenían que ir todos hasta el ayuntamiento ya que con las firmas era suficiente, habiendo escuchado esto rosita le dijo a su padre que esos documentos estaban junto con las revistas y diarios que le había acomodado la noche anterior, David agradeció a su niña el dato.

Como todas las noches que le tocaba trabajar a María, su esposo cuidaba de Rosita, tiene su estilo de cuidarla, le sirve la cena y mientras la niña come él se sienta en el comedor para acompañarla y revisar el portal que administra para la revista donde labora, sumergido en su trabajo David escuchó a Rosita cuando le preguntó: -papá si yo desapareciera, ¿me buscarías?, el padre al escuchar esto levantó la cabeza por encima de la pantalla de la computadora portátil y miro extrañado a Rosita que jugaba el cereal sin quitarle la vista de encima, David le respondió que ciertamente él la buscaría, por cielo más y tierra de ser posible, entonces Rosita preguntó sobre cómo se sentiría si no lograba encontrarla, David sintió una presión en el pecho, le ardieron los ojos, derramó un par de lágrimas reteniendo un sollozo e inmediatamente impidió que su hija lo viera llorar, respiró profundo procurando evitar que se entrecortara su voz y le dijo que se moriría de pena y sufriría mucho si no la encontraran, David se puso de pie, caminó hasta su niña, estaba intrigado sobre las preguntas que su hija le hacía, la niña le dijo a su padre que entonces así se sentían los papás de los 43 muchachos desaparecidos, David la abrazó y le respondió que era difícil imaginar lo mal que esos padres y familias se sentían pero que sí, que seguramente eso estaban sintiendo.

El sábado por la mañana Rosita se despertó muy temprano, se cambió de ropa y tomó su mochila, se dirigió al cuarto de sus padres e intento despertarlos, María había llegado en la madrugada de trabajar y estaba agotada, David se había dormido hasta tarde actualizando el sitio de la revista y tampoco daba señales de que fuera a despertarse a pesar de los intentos de Rosita por conseguirlo, eso hizo que se molestara su padre y la mandar a ver televisión para que los dejara descansar, la niña sintió que su papá le había levantado la voz y salió corriendo de la habitación.

Tres horas después María despertó para ir al baño, escuchó el televisor de la sala encendido, dedujo que Rosita ya estaba viendo caricaturas temprano, salió a preguntarle sobre qué quería para el desayuno y se encontró con que en la sala no había nadie, la buscó en su cuarto, en el baño, en la cocina, en el patio y nada, el pánico se apoderó de ella y corrió a buscar a David que todavía no comprendía lo que estaba sucediendo, estaba más dormido que despierto, cuando por fin entendió lo que su esposa le estaba diciendo, volvió a buscar por toda la casa a su niña y no obtenía respuesta alguna, pensaron en llamar a la policía pero no había trascurrido tanto tiempo, entonces David recordó la pregunta que le había hecho su niña sobre si él la buscaría en caso de que ella desapareciera, se desplomó y calló de rodillas tirando de su cabello, comenzó a llorar de manera inconsolable, su esposa lo abrazó y lloraron juntos, entonces por fin reaccionó David, se vistió, tomó su teléfono y salió a buscar a su niña, hizo algunas llamadas de familiares para saber si estaba con ellos pero no tuvo suerte, comenzó a gritar su nombre por las calles de la comunidad, algunas personas lo miraban extrañados, entonces se topó con un vecino que al verlo le dijo que él también quería que aparecieran, David no comprendía, pidió una explicación, su vecino le dijo que muy temprano por la mañana Rosita había pasado a su casa pidiéndole una firma para gestionar una búsqueda, a lo que él no le había visto ningún problema, David lo interrumpió preguntándolo hacia dónde se había ido su hija, al ver su desesperación en su rostro el vecino le indicó la dirección en la que la niña había caminado en su búsqueda de firmas, David comprendió que si preguntaba casa por casa alguien le podría dar informes de Rosita, y así fue.

Siguió la ruta que su niña seguramente había elegido, corrió hasta donde él creía podía hallarla y entonces la vio a lo lejos, sentimientos encontrados se apoderaban de él, por un lado se sentía aliviado y al mismo tiempo quería darle una paliza a su hija por el mal momento que le había hecho pasar a él y a su esposa, se encaminó con paso firme y veloz decidido a darle unas nalgadas cuando escuchó que una señora le preguntaba a la niña para qué eran las firmas, la pequeña le respondió que las necesitaba para que su papá pidiera  al ayuntamiento que buscaran y encontrara a los 43 muchachos desaparecidos y sus familias no sufrieran más.

Ese mismo día por la noche, David regresó a casa con su hija en brazos, estaba dormida, su esposa al escuchar la puerta corrió a recibirlos, él le hizo una seña para que no despertara a la niña, María con voz baja le preguntaba a su esposo qué había pasado, por qué regresaban tan tarde, dónde la había encontrado, él caminó hasta la habitación de su niña seguido por su esposa, la acostó en su cama, la arropó y le dio un beso en la frente, tomó a su esposa de la mano y la llevó hasta la sala, del bolso trasero de su pantalón sacó unas hojas dobladas y se las dio a su esposa, ella las recibió extrañada y al abrirlas vio que se encontraba llena de firmas, miró a su esposo y le preguntó para qué eran, David sonrió y orgulloso contesto que eran para solicitar al ayuntamiento ayuda y encontrar a los 43 normalistas desaparecidos, su esposa le dijo que estaba loco, él le dijo que había sido idea de Rosita, que al no haberle hecho caso ella había tomado la iniciativa de recolectar las firmas para que él fuera a pedir el apoyo de las autoridades para buscar a los normalistas de Ayotzinapa y de esa manera sus padres no sufrieran más, María se conmovió hasta las lágrimas, pensó en la angustia y desesperación, impotencia y rabia que estaban sientiendo esas familias, abrazó a su esposo, le dijo lo orgullosa que se sentía al tener una hija así, Rosita les había enseñado una valiosa lección a todos.

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