"una ciudad de papel,
para una chica de papel"
Margo, CIUDADES DE PAPEL
John
Green lo hace de nuevo, el creador del ya famoso libro, BAJO LA MISMA ESTRELLA,
ha logrado tocar alguna fibra sensible en mi cada vez más escasa humanidad, si
bien no he leído sus libros, las películas basadas en sus textos lograron
romper mi armadura de insensible, y en esta última entrega de la mano del
director Jake Schreier, CIUDADES DE PAPEL, me remontó
a mi adolescencia.
Green
novelista de 37 años tiene el don de escribir para los jóvenes y no tan
jóvenes, yo tengo 32 años y al ver esta última película basada en su novela CIUDADES
DE PAPEL, publicada en el 2008, me identifico con el personaje que cuenta la historia.
Creo
firmemente que en la vida de los que ahora son conocidos como “forever alone”
siempre existió una chica como Margo (Cara Delevingne), de esas que toman las riendas de la vida y
tratan de domarla para ponerla a su disposición, de esas que tienen un espíritu
libre y aventurero que no les cabe en el cuerpo, de esas que a riesgo de ser
llamadas “niño” se enfrentan a todo y contra todo, de esas que te cambian la
vida cuando las conoces o de plano te dejan marcado para siempre.
JOHN GREEN |
Cuando eres un tipo introvertido, el patito
feo, el tímido, el que no corre riesgos, conocer a una chica como Margo es todo
un acontecimiento, primero te enamoras de su belleza, pero termina conquistándote
su arrojo y determinación, las admiras porque se ven tan libres, tan rebeldes,
tan independientes, tan, tan, tan…algunos sabrán de lo que hablo, si ustedes
creen que conocer una chica así es demasiado para el corazón de un
niño-adolecente, imagínense conocer muchas chicas así a lo largo de tu
juventud, es algo de infarto, mentiría si dijera que me enamoré de todas ellas,
pero definitivamente me dejaron gratos recuerdos por la energía que irradiaban.
El problema de estas muchachas es que tienen el
record mundial de romper corazones de ilusos soñadores que imaginan un romance
con ellas, algunos lo consiguen, suertudos, y algunos no, y se convierten en
poetas, trovadores, emos o qué se yo, posiblemente escritores, como John Green.
La película es buena, tal vez lenta entre ratos,
pero eso sirve para conocer a los demás personajes, tiene un bonito mensaje
sobre la amistad, pero sobre todo una invitación a que dejemos nuestros miedos
a un lado, a que confiemos en nosotros mismos, a que tomemos riesgos para
conseguir lo que deseamos y a no tomarnos la vida tan en serio, la película te
dice: deja de ser un espectador de la vida y convierte en un actor de la misma,
o estarás condenado a suponer qué hubiese pasado de haberte atrevido a hacerlo.
Casi lo olvido, es probable que todos, aún después
de muchos años, nos sintamos como Margo, en busca de respuestas sobre nuestra
existencia, que aún nos sigamos buscando, y no tiene nada que ver con la gente
que nos rodea, nuestras parejas, nuestros hijos, la familia, los queremos y
amamos con todas nuestras fuerzas, pero dentro de nosotros sigue latiendo ese
sentimiento que nos hace creer de vez en vez que también somos gente de papel,
en ciudades de papel.
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