-Hoy voy a salir a correr.
-Atrás de quién...
Diálogo entre un runner y un escéptico.
"La bicicleta es un vehículo curioso. El pasajero es su motor".
John Howard.
El día que me atreví a
trasladarme desde mi casa, km 10.5 carretera Villahermosa-Teapa, hasta mi
trabajo, Calle Gil y Saenz y Lino Merico Col. Centro, la gente me tachó de
loco, no comprendían qué me había hecho tomar esa decisión, muchos baticinaron
mi muerte por atropellamiento, pero supongo que eso será cuestión de tiempo averiguarlo,
para mucha gente esto de recorrer distancias considerables en bicicleta o a pié,
pareciera ser un comportamiento irracional, ocioso, y hasta peligroso para
quienes lo hacemos.
Si bien nuestro estilo de vida ha
sufrido una modificación importante gracias a los avances tecnológicos, no
siempre han sido para nuestro beneficio personal o generacional, las
enfermedades crónico degenerativas son la principal causa de muerte en el
mundo, una vida de comodidades nos ha hecho sedentarios y comodinos.
Lo gracioso del asunto es que
antes para poder trasladarnos de un lugar a otro teníamos solo que caminar, si
bien eran distancias considerables el cuerpo humano está diseñado para eso y
más, una vez que domesticamos bestias de carga pudimos utilizarlos como medio
de tranporte, la invención de la rueda, la máquina de vapor y la revolución
industrial así como la producción en serie nos dotó de nuevos medios de
transporte que acortaron las distacias por cielo, mar y tiera.
Muchos hemos escuchado el témino
pueblo bicicletero, sin embargo esta frase ha tomado un nuevo significado, ya
que ahora existen países, y ciudades de primer mundo que se han convertido en
bicicleteros, que han tomado las calles en sus caballos de acero propulsados
por humanos y tambien por corredores que han hecho de la corrida o running un
estlo de vida.
Lo que en otros tiempos, y aún
hoy, se trataba de una necesidad, entiendase moverse de un punto a otro, hoy
tambien es una moda, que con el tiempo terminará siendo una necesidad renovada,
qué quiero decir con esto, piensen lo siguiente, en algunas comunidades
indígenas para poder trasladarse no se cuenta mas que con sus piernas, y se
tienen que recorrer varios kilómetros para poder tener acceso a los principales
servicios como la educación y la salud, por otro lado en las grandes ciudades
ordas de corredores toman las calles y parques recorriendo entre 5 y 10
kilómetros al día para verse bien, sentirse bien y de paso estar a la moda y
encajar en un selecto grupo de gente sana.
Lo mismo ocurre con las
bicicletas, mientras que en algunos pueblos, y ciudades, la gente debe recorer grandes
distancias en bicicleta para ir a la escuela o a trabajar porque no tienen otro
medio de transporte o el dinero para pagar uno, otros, poseen autos del año, camionetas
de lujo y se compran bicicletas de más de cinco mil pesos para salir a quemar
algunas calorías, otros lo hacen por ser más amigables con el ambiente y otros
más porque consideran que es más práctico cuando el tránsito desquicia la
ciudad.
Ninguno de los casos antes
expuestos busca ofender o agredir a los runners o bicicleteros que ahora
abundamos por la ciudad, simplemente busco hacerle ver a esa gente que nos
tacha de locos que ya sea por moda, necesidad, practicidad o conciencia
ecológica, el correr, caminar o rodar en bici se irá haciendo más común, cuando
la gasolina sea impagable, que ya lo es, cuando la gente no pueda comprar un
auto, cuando la ciudad se vuelva más intransitable, entonces ahí será cuando
volvamos a lo básico de lo cual nunca debímos habernos alejado del todo.
Por cierto que para poder
coexistir en paz con los runners y bicicleteros es importante crear y fomentar
una cultura entre las nuevas generaciones que permitan asegurar una mejor
convivencia entre los que caminan, circulan en bici, en moto o en auto.