miércoles, agosto 06, 2014

HARAKIRI: CÓMO VIVÍ Y ENFRENTÉ EL BULLYING, TESTIMONIO PERSONAL




Hace tiempo que quería abordar este tema, es preocupante ver hasta donde ha llegado este problema, el cual siempre ha existido, en mis tiempos, yo soy de 1982, no tenía un nombre específico, y hasta podría decir que es algo normal durante el desarrollo de los seres humanos el tener que enfrentar a brabucones, gandallas, maloras, etc., sin embargo los niveles de violencia y las tácticas de las cuales se valen últimamente para molestar a las niñas y niños han caido en un grado de crueldad alarmante llevando a la victima a cometer suicidio, ya por todos es sabido el caso del niño que fue encerrado en jaula por sus compañeros de escuela.

Dicen que cada quien habla como le va en la feria, y a riesgo de ser víctima de bullying después de tantos años, quisiera compartir mi historia.

Mi famlia: mi hermano, yo, mi padre y mi madre. Soy el mayor, por necesidades de la casa siempre acompañando a mi padre a trabajar cuando no había quien nos cuidara. Cuando inicié la primaria mi madre cuenta que al parecer me molestaban mucho en la escuela, y digo que me cuenta porque tengo muy pocos recuerdos, en el salón éramos pocos eso si me queda claro, recuerdo a solo unos cuantos compañeritos, Georgina, Adriana, creo que ese era su nombre, Leoncio y Amalia Guadalupe, a ella no la olvido.

Para ser primero de primaria los niños ya jugaban rudo y Adriana solía sacar la casta por los que no metíamos las manos, quiero pensar que venía de una de esas familias con hermanos mayores en donde o aprendes a defenderte o no sobrevives con facilidad. Cuenta mi madre que en una ocación al parecer me pegaron y yo no metí ni las manos, mi padre se enteró y como buen mexicano me dio la instrucción de que si me pegaban, pues que les pegara, total que eso de la ora mejilla no aplicaba en los Vargas en aquel momento.

No pasaría mucho tiempo para que de la escuela mandaran a hablar a mis padres ya que al parecer el consejo de mi padre había funcionado, y obviamente estaba feliz de que su hijo por fin pudiera defenderse.
Terminando el año escolar tuvimos que cambiarnos de casa, y por lo tanto de escuela, llegar a una escuela nueva si es aterrador, no conoces a nadie y cuando no iniciaste con el grupo las cosas son aún más complicadas. No puedo explicar de qué manera eres elegido como víctima de acoso, no sé si es una especie de rifa que hacen o lo someten a votación, o simple y sencillamente buscan sustituto del niño o niña que anterioemente molestaban, no lo sé, pero mi llegada despertaba en los niños abusivos unas ganas considerables de molestar.

Antes de mi llegada, lo supe con el tiempo, había otro niño al cual “lo traían de bajada”, como solemos decir, desde el kinder, se imaginan, 3 años de kinder 1 de primaria, y ahora segundo año de primaria, su nombre David, quien se convertiría en mi mejor amigo.

No se me olvida que a mi llegada nuestro principal dolor de cabeza, un niño llamado Arturo, hijo de una maestra de la escuela a la que asistíamos, se acercó a mi y se presentó dandome la mano, después se acercaría David para hacer lo propio pero advirtiendome que Arturo habia hecho “changuitos” al darme la mano, lo que quería decir que su intención no fue buena.

A mi amigos le hacían de todo, había un grupo comandado por Arturo que constaba como de 5 o 6 niños más, Héctor, Luis Miguel, Marvin, Wilbert, Ángel Mario, Adrian Oswaldo,Concepción, que en mayor o menor grado ayudaban al capo mayor del salón a hacer de las suyas, ese segundo año David ya no estaba solo, y siempre que había problemas yo estaba allí para que no le fuera tan mal, por eso nos hicimos buenos amigos.

En una ocasión hartos de los maltratos de Arturo nos juntamos varios niños y lo fuimos a acusar con su mamá, que recuerden tambien era maestra de la escuela y daba clases en el salón de a un lado, la maestra nos contestó que “seguramente nosotros éramos muy bien portados”, lo que bastó y sirvió para que perdieramos la esperanza de ser rescatados, y me van a disculpar pero al ser hijo de una maestra de la escuela núnca lo sancionarían como se debía dandole luz verde para hacer lo que se le diera la gana.

En tercer año me ocurrió algo que marcaría mi vida, y creo que para bien pues he sobrevivido, me nombraron jefe de grupo, me sentía orgulloso de mi mismo, pero mi inocente y estúpida idealización de la justicia me hizo cometer un error que casi me cuesta hasta los dientes.

La pandilla del salón había hecho una travesura y yo en mi papel los denuncie ante las autoridades competentes, la maestra, olviden eso de competente, ya sabran quién comandaba ese grupito, por lo que, a pago de mis servicios como guardian del orden me esperaba una madrina descomunal a la hora de salida, afortunadamente para mi llegó  a buscarme mi papá a la escuela, al verme que me subí como de rayo a su vocho me preguntó de el por qué de mi agitación, le conté y me dió una regañiza terrible, casi casi me recitó el código de la cárel  “ver, oir y callar”, y frases como: “a los chismosos nadie los quiere”, “por la boca muere el pez”, etc., lo que mi padre no entendía es que el haber delatado a la pandilla era una especie de vendetta personal que trataba de ajustar cuentas, mi padre quien se formó sin padre, sin madre y a la “voluntad de Dios”, tenía doctorado en eso de sobrevivir en la vida.

Pasamos de año y se nos unieron nuevos compañeros, Israel y José Ángel, no tardaron en ponerles apodo, para ese tiempo yo ya había ganado peso, así que entraba en la categoría de los gorditos a molestar, David seguía igual de delgado, Israel estaba un poquito mas llenito que yo y José Ángel era delgado pero con un par de tips nerviosos, tartamudeaba un poco y las manos le temblaban, nunca supimos por qué, pero ese era mi equipo, el de los buleados, el de los “perdedores”, los “no populares”, con quienes podías desquitar tus frustraciones, y creanme, es cierto, la carencia de ciertas cosas en casa de algunos niños los vuelven violentos en las escuelas, lo descubres con los años, cuando conoces la historia de quienes te molestaban o que se portaban mal, la casa donde vivían, la cantidad de hermanos que tenían, las carencias económicas que existían, el tipo de padres o adicciones de los mismos, etc.

En tercer año se volvió a presentar el buen Arturo contra mi, creo que era su favorito porque representaba cierto reto ya que siempre le daba pelea, y cómo no, aunque durante todo ese tiempo no practiqué ningún arte marcial, mi papá era fanático de Chuck Norris, Bruce Lee, Sylvester Stallone, Jackie Chan, Steven Seagal y Jean Claude Van Damme, además mi padre practicaba levantamiento de pesas, hacía ejercicio y su hijo era un niño sin habilidades deportivas, comelón, gordo, la pesadilla de quien cultiva su cuerpo, supongo yo.

La cosa es que el enfrentamiento entre Arturo y yo se volvió a dar, quiero aclarar que no soy bueno peleando, nunca lo he sido, pero a falta de rudeza y malicia creo que Dios me compensó con inteligencia, si un poquito, muy poquito, pero suficiente, y pues en vez de revolcarme a golpes con el buen Arturo mi cerebro le ordenó a mi pie derecho darle una patada en los testículos a mi agresor y como en lucha de UFC la refriega no duró nada.

Como buen perdedor, que no lo era aquel, al llegar la maestra me acusó de haberle maltratado sus partes nobles, pero bien dicen “haz fama y acuestate a dormir”, a lo que la maestra le contestó que seguramente él me había provocado, allí el marcador entre Víctimas y Victimarios se emparejaba, yo anotaba para mi equipo.

En cuarto año de primaria no recuerdo bien lo que le hicieron al buen Isra que hasta su papá tuvo que ir a hablar con el director, y todos pasamos justo en frente de ellos, el papá de Isra como de 1.90 de estatura, no necesariamente delgado per tampoco gordo, mas bien cuadrado, camisa manga larga, pantalón de mezclilla, cinturón y botas de piel y pistola a la cintura, todos nos quedamos con el ojo cuadrado, una vez que estuvimos en el salón no aguantamos más la curiosidad y le preguntamos a nuestro amigo en que trabajaba su papá, orgulloso nos dijo que era judicial, creo que no volvieron a molestarlo, por lo menos no con la misma intensidad.

En el último año de escuela las cosas no fueron diferentes para mi, y recuerdo dos momentos,que viéndolos a distancia, fueron muy satisfactorios para mi, en aquellos días se utilizaban mesa-bancos, es decir una especie de banca con capacidad para dos alumnos y que en la parte posterior terminaba en una especie de mesa para quien se sentara atrás y así formar una fila, la más cotizada era la que topaba con pared ya que como terminaba en mesa e inmeditamente estaba la pared se podía colocar la mochila o sentarte sobre ella, era lo más “cool” en esa primaria, entonces un día el buen capo del salón llegó a molestar hasta nuestro lugar, se sentó en el lugar donde colocábamos las mochilas lo que lo hacía quedar mas alto en comparació de mi banco y me tomó del cuello con su brazo derecho, mi reflejo fué jalarlo haciendo que diera una vuelta de campana y callera en la mesa de en frente, supongo que ha de haber sido todo un viaje para él.

El segundo incidente con mi victimario fue a la salida de la escuela, nuevamente me llegó por la espalda se puso a mi lado izquierdo y con su brazo derecho me rodeó el cuello, se puede decir que quedamos hombro con hombro, entonces no se cómo se me ocurre subir por enfrente de su brazo derecho mi brazo izquierdo y rodearlo cosigiendo, si proponermelo, palanquear su codo, con lo que me soltó de inmediato.

Hasta hoy no me explico cómo conseguía realizar eso movimientos que hoy de manera más conciente conozco mejor, me gustan las artes marciales, he precticado una que otra, no soy bueno en ninguna, pero les pongo atención y corazón a cada una, desconozco mis alcanses, conozco mis limitaciones, pero tambien mis opciones, los peligros que representa el dañar a alguien más aunque sea en legítima defensa y las prioridades al defenderme, pero ese es otro tema.

A manera de conclusión quiero decir que el buen Arturo siguió estudiando conmigo, en otro salón quiero aclarar, hasta la secundaria, ya no se metía conmigo, en esa jungla encontró la horma de sus zapatos, muchos de los que me molestaban en la primaria se volvieron compañeros y buenos amigos, no sé si tiene que ver con el respeto, no sé si me lo gané, pero se me hace estúpido que tengas que soportar tanto para que no te molesten.

Durante la secundaria tuve uno que otro incidente aislado, nuevamente un as bajo la manga venido de mi gusto por las artes marciales, sin haber practicado ninguna formalmente, me ayudaron a salir bien librado, pero los que más me ayudó durante la secudaria fue esa tortura de la primaria, porque a mi manera de ver, varios años después, todos esos malos ratos o te destruyen para siempre o te forjan el carácter para bien o para mal, no digo que siempre con resultados positivos, pero realmente considero que no se le desea a nadie pasar por lo que muchas niñas y niños pasan en la escuela, es horrible, yo tengo hijas, y  tengo miedo de que se repitan las cosas, pero mi trabajo como padre es darles confianza y las estrategias para salir bien libradas de todo mal rato que se me pueda ocurrir, en casa tambien se nos hace bullying, el hermano gandalla, los primos golpeadores, los padres que se la pasan diciendole cosas feas a los hijos, es allí, en casa donde se forman a los abusadores, a los depredadores, es en casa donde se destruye la autoestima y se fabrican víctimas de acoso, es por ello que debemos amar a nuestros hijos y corregirlos para que no sean ni víctimas, ni victimarios porque al final de cuentas, en ambos casos los dos terminan igual de dañados para toda la vida si no logran superarlo.

Yo he visto a mi victimario algunas veces, él posiblemente no me reconozca, tengo amistad con familia suya, ellos no conocen la historia, pero puedo verlo sin rencor alguno, me enseñó a ser fuerte, quizas de una manera poco ortodoxa, pero no hay nada mejor que poder pasar junto a él y poder verle a la cara como diciendo ¡aquí estoy, sobreviví!

Las películas y animaciones americanas  siempre manejan el cliché de los “Perdedores” o ”Loosers” y el de los “Populares” o “Cool”, y muchas otras producciones de paises diferentes tambien, la problemática se aborda siempre con la victoria del Perdedor sobre el Popular, tal vez un poco torcida pero la moraleja ahí está, solo hay que aydar a nuestros hijos a interpretarlo adecuadamente, no debería existir ninguno de los dos bandos, todos debemos ser tratados con respeto, como seres humanos y ser tolerantes con las creencias y preferencias de cada individuo,ese es el camino hacia la paz, la cual es nuestros días es cada vezmás escasa.


Pongamos nuestro granito de arena para combatir el bullying, ¡no más bullying!

No hay comentarios.: