martes, agosto 09, 2016

HARAKIRI: VENTA MALDITA

“La mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos”
- Philip Kotler







Llevo más de tres meses buscando un trabajo de medio tiempo, o quizá no de medio tiempo pero sí con un horario de cuatro de la tarde a diez de la noche por lo menos, me he inscrito en varios sitios donde das de alta tu curriculum y se publican ofertas laborales, soy comunicador de formación y convicción y capturista con conocimientos de Capital Humano por necesidad, y no ando buscando un súper trabajo, solo quiero completar mis ingresos como todo el mundo, una vacante que se repite con insistencia es la de vendedor, de lo que a ustedes se les pueda ocurrir, desde tarjetas de crédito pasando por los celulares hasta llegar a los coches, y por supuesto te piden experiencia en ventas.

Seguramente han tenido la oportunidad de entrar a una librería, o ver en internet, libros sobre cómo vender y esas cosas, libros que te echan porras para que seas el “mejor vendedor del mundo”, porque claro, si aún no lo eres es porque no quieres, no tienes la actitud, o te falla el método, según esos libros; sin embargo hay algo que ocurre muy frecuentemente en el mundo de las ventas, no soy experto en la materia pero si un consumidor, y les puedo decir que muchos de los servicios o productos que nos venden son de mala calidad o definitivamente no funcionan, entonces ¿cómo es que los gerentes tiene la osadía de exigirte vender cada vez más y más cuando el servicio o producto que se oferta es malo en realidad?

Imaginen el siguiente escenario, eres un joven vendedor, tienes muchas ganas de ser el mejor, haz preparado tu argumento, lo haz ensayado, conoces bien el producto, digamos en este momento que se trata de un servicio de telefonía celular, tienes al cliente, lo trabajas, le mencionas los beneficios de contratar ese plan, internet, llamadas, servicio de red hasta donde otros no llegan, porque así lo dice la publicidad de la compañía, una maravilla pues, logras enganchar al cliente y cierras tu venta, te sientes el vendedor más capaz de la tienda, dos semanas después ves que regresa el cliente y quiere estrellarte el teléfono en la cabeza, y los mismo sucede con otros tres clientes más, hasta tú que trabajas allí haz tenido mal servicio por parte de la compañía, no cabe duda que el servicio que vendes es malo, lo reportas con tus jefes, te dicen que es bronca del soporte técnico, que para las quejas hay un área específica y que tu chamba es vender, pero ¿cómo vendes algo que no funciona?

Compañías telefónicas, agencias de autos, restaurantes, etc., etc., cada vez en más común que los productos y servicios sean una completa desilusión, por no decir que son un robo, el consumidor tiene que pasar horas y días reportando quejas a los 01 800, a los que trabajan en los call center deberían pedirle mucha madre porque los quejosos clientes siempre argumentan la falta de progenitora de quienes los atienden, supervisores y gerentes de ventas no quieren saber si lo que su gente vende sirve o no, ellos están concentrados en los número, en las “metas del mes” y esas cosas, en sus indicadores, pero no se ponen a pensar que parte de su éxito en ventas depende del buen servicio y del óptimo funcionamiento de lo que se oferta al consumidor, desafortunadamente si yo como consumidor tengo una mala experiencia con algún producto o servicio me encargaré de hacérselo saber a mis amigos, familiares y de paso publicarlo en redes sociales para tratar de evitar que alguien más pase un mal rato.

En primera instancia cuando alguien se queja de un producto o servicio van y le reclaman al que se los vendió, que la mayoría de las veces no es ni el dueño ni el inventor del producto, si esta persona no te resuelve nada, que no lo va hacer porque es solo un vendedor, pedirás hablar con su superior, el cual si tampoco te resuelve nada te pedirá marcar un 01 800 o algo por el estilo donde te atenderá un telefonista del call center que tampoco te resolverá nada porque su trabajo es tomar nota de tu queja para que un supuesto técnico, asesor o como se llame vea si puede ayudarte. 

La soberbia de las compañías que ofertan productos y servicios ha llegado al grado que piensan que por llevar algunos años en el mercado ya no deben ofrecer ni un buen producto o servicio y tampoco alguna promoción al consumidor, minimizan y hacen de menos los esfuerzos de sus competencias diciendo que abaratan las marcas dando ofertas u obsequios a sus distribuidores y clientes, figuras como la de la PROFECO son ignoradas en muchos casos y finalmente el cliente es quien sale perjudicado en toda forma.

Entonces para esos grandes genios de las ventas les encargo un libro que se llame “Cómo vender un producto o servicio inservible y no morir en el intento”, les aseguro que será el best seller del año, mientras tanto debemos ser más cuidadosos y exigentes con el producto o servicio que adquirimos, recordemos que los vendedores solo son empleados contratados para eso, para vender, lo último que está en su cabeza es solucionar un problema surgido de lo que vendió, si bien no me parece del todo correcto el alcance de sus funciones lo limitan solo a esto, de otra forma ganaría más y su puesto se llamaría diferente.


Estamos sumidos en la mediocridad de los productos y servicios, los conceptos de calidad se han quedado como materias de carreras universitarias, a muy pocas compañías les importa vender productos y servicios que enaltezcan el nombre de la marca, somos víctimas del consumismo desmedido, al parecer ya no importa vender calidad, solo cantidad, no importa si sirve la prioridad es vender.   

1 comentario:

Unknown dijo...

Es por esto también que en muchos aspectos debemos volver a comprar a los prqueños lugares, a las empresas locales, a lsos vecinos, a los creadorea directo; su se que esto no puede aplicarse a todos los productos, per en medida de lo posible hay que hacerlo es la mejor manera que tenemos de manifestar nuestra sebtir y nuestra conformidad o inconformidad consumiendo en dónde. Mientras mas directmente del creador del producto es mehor y se beneficia más.