miércoles, noviembre 09, 2016

HARAKIRI: THE YELOW KID

Los periodistas se han extraviado en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro”.
 –Gabriel García Márquez.




En el año 2016 el mundo del periodismo recibía con recelo la noticia de que el prestigiado diario “The Washington Post” emplearía un sistema basado en inteligencia artificial para la elaboración y publicación de noticias básicas relacionadas con los Juegos Olímpicos de Río 2016.

En concreto, el sistema se dedicaría a recopilar información sobre los resultados de las distintas competiciones y, con los mismos, generaría noticias que se publicarían automáticamente sin supervisión humana, al menos en un principio, en la web del diario así como sus cuentas de redes sociales.  

Se trataba de una especie de “robot reportero” ya que operaba a base de inteligencia artificial, si bien solo se trataba de un programa de computadora los periodistas ortodoxos no veían con buenos ojos la implementación de una máquina en un oficio tan humano como el de la prensa escrita.

Bajo el argumento de que los reporteros solían tardar demasiado en darle forma a la noticia, y ante la apremiante necesidad de ser el medio más rápido en publicar notas de gran relevancia, se solían cometer errores ortográficos, especialmente en redes sociales y ni que decir de las ediciones digitales de los diarios, con el nuevo robot reportero esas cosas no sucederían más.

En su momento muchos ya habían advertido la desaparición del periódico tradicional con la llegada de los diarios online; estos, además de no necesitar papel, usaban elementos multimedia logrando hacer de un diario en línea un medio multiplataforma gracias al uso de videos, audios, animaciones y fotografías. Eran los días en los que muchos habían declarado la muerte del “periódico tradicional”, la desaparición del periódico en papel, los ecologistas tal vez lo celebraron, pero millones de personas dependían de la gran industria del periódico impreso, no solo se trataba de noticias y publicidad, hablamos de compañías que vendían las rotativas, el papel, las tintas o toners, los repartidores y voceadores, todo un mundo dependía de que el diario impreso siguiera existiendo.


 De alguna manera la prensa en papel consiguió amalgamarse con las nuevas tecnologías y se mantuvo vigente aunque en una menor proporción, con menos hojas, menos contenido, ahora el grueso de la información se manejaba en el sitio web del periódico y era más audiovisual, hubo prestigiados diarios que dieron el salto al formato digital de manera rotunda, dejaron de publicar en papel, sacrificaron esa parte de su estructura para poder seguir vigentes, muchos perdieron su trabajo ya que no se ajustaron a los nuevos estándares de las publicaciones digitales.

El debate por la creación del nuevo “robot reportero” del diario “The Washington Post” llamado el “Reportgraph” no se hizo esperar. Los creadores descartaban por completo que dicho programa desplazara a los reporteros tradicionales, más bien se decía que los liberaba de alguna forma permitiéndoles concentrarse en artículos y reportajes más elaborados puesto que esos llevaban más tiempo en pulirse.

La prueba piloto del “Reportgraph”  se efectuó durante los juegos olímpicos de Río con resultados aceptables, los reportes sobre resultados de medallas y nuevos records mundiales fueron notificados por el Washington Post antes que ningún otro medio conocido. Su efectividad quedó demostrada durante la justa olímpica permitiendo al diario presumir que habían sido los más rápidos y oportunos informando al mundo sobre lo ocurrido en los juegos. Eso solo había sido el inicio; la prueba de fuego del “Reportgraph”  sería en las elecciones de los Estados Unidos, elecciones que se presumían históricas por lo controversial de los candidatos que disputaban la presidencia del país más poderoso del planeta tierra.

Y fue allí donde todo comenzó; días antes de la primera vuelta en las elecciones americanas el “Reportgraph”  comenzó a publicar una serie de notas en las que se afirmaba que el candidato del partido republicano había hecho declaraciones en contra del Estado Islámico que trajo como resultado una respuesta violenta de parte de los simpatizantes radicales del islamismo desatando una ola de ataques terroristas en toda la unión americana, aunado a esto el robot reportero difundió supuestos documentos “secretos” en donde se evidenciaban las presuntas intenciones del candidato republicano de llevar a cabo incursiones bélicas en varios países declarados “non gratos” para Norteamérica una vez que ganara la presidencia y de esa manera generar ganancias en la industria armamentista donde el candidato y sus socios poseían gran cantidad de acciones.

La reacción de la ultraderecha nacionalista americana fue salir a las calles para hacer justicia por su propia mano ya que al parecer la policía no lograba detener los ataques terroristas, se generó una revuelta alimentada a base de rumores, parecía increíble que en plena era de las comunicaciones la desinformación pudiera ocasionar tanto caos, el periódico fue cuestionado severamente, las principales agencias de inteligencia americana intentaron acceder al servidor del periódico para investigar lo que pasaba con el “Reportgraph”  pero en el diario no podían explicar la razón por la cual el software había generado ese tipo de noticias, a la semana de iniciarse las revueltas en la unión americana comenzó a circular en internet un comunicado de un ciberterrorista que se hizo llamar así mismo “The Journalist”, en un video publicado en las principales redes sociales explicaba que había atacado el servidor del periódico “The Washington Post” infectando al robot reportero generador de noticias, programado con inteligencia artificial, con un virus llamado “The Yelow Kid”.

El trabajo de aquel virus consistía en hacer que el software “Reportgraph” publicara notas amarillistas y alarmistas que aprovechando la “viralidad” con que se propagaban llegaran, con ayuda de un algoritmo especial basado en la preferencia de búsqueda en internet, a personas con ciertos perfiles psicológicos alimentando los temores y odios de estos así como de los grupos radicales del país para crear una oleada de violencia desmedida, nada mejor que la plataforma de ese prestigiado diario para esparcir ese tipo de material amarillista.

 La razón de este ataque no era otra que una forma de protesta por el uso desmedido de la tecnología en el periodismo escrito ya que según “The Journalist”  los métodos tradicionales de la redacción noticiosa debían conservarse tal cual se conocían antes de la inclusión de “robots” generadores de noticias, advirtió que desde el salto del papel al formato digital en los diarios en todo el mundo, miles de personas habían perdido su trabajo puesto que fueron desplazados por no adaptarse a las nuevas tecnologías, eso también había afectado a dueños de diarios más pequeños que al no actualizarse se vieron en la necesidad de cerrar sus periódicos.


La intervención de las principales agencias de seguridad del país americano en el servidor del diario “The Washington Post” no se hizo esperar, intentaron hackear el “Reporgraph” pero fue mala idea, el virus había aprovechado este movimiento para trasladarse hasta los servidores del pentágono. Se trataba de uno de los ciberataques más peligrosos de la historia. La velocidad con la que el virus rompía con todas las protecciones de los servidores militares era impresionante. Por fin “The Yelow kid” tuvo acceso a cohetes teledirigidos, el resultado fue devastador, el estado islámico así como Corea del Norte fueron atacados “repentinamente” por armamento norteamericano sin una razón aparente, la respuesta de las naciones agredidas fue inmediata, entre tanto caos y destrucción no hubo tiempo para las explicaciones. Fue una catástrofe de grandes proporciones. Es por ello que a diez años de ese 15 de octubre del año 2016, recordamos a los soldados caídos en combate al intentar reestablecer la paz entre naciones a costa de sus vidas, finalmente el virus no fue el culpable de la guerra, los culpables fueron el odio, la irracionalidad, la soberbia, la xenofobia, racismo e intolerancia entre los seres humanos, mientras este mal persista la paz nunca prevalecerá en la tierra.