"nunca conocí la suerte no me la han presentado,
desde que llegaste a mi vida,
creo haberla encontrado"
-TALISMÁN, Lalo Vargas.
Los
hijos definitivamente nos vienen a cambiar la vida, a veces de maneras muy
raras, los cambios que se nos presentan hacen que tengamos que modificar
ciertos hábitos, hábitos muy malos, y costumbres, todo para crear un
ambiente de seguridad y confort para esas personitas que ahora necesitan de
nuestra atención y dedicación.
Siempre
pedí a Dios una niña, soñaba con tener una niña, y se me concedió, me
preguntaban que si cómo la quería, pregunta que se me hacía ociosa, yo solo
quería que naciera bien no importando color de piel, ojos o tipo de cabello, y
afortunadamente nació muy sana, y es mi adoración, aunque sea más traviesa de
lo que fui yo de niño y que además en lugar de decirme papá últimamente insista en llamarme Lalo.
Cuando
aún no sabíamos el sexo de nuestro bebé, como nos sucede en estos momentos con
el segundo que ya viene en camino, se me asignó
la tarea de buscarle nombre ya que si nacía niña yo tendría que elegirlo,
esa tarea se me hace complicada porque el nombre de un individuo es una parte
importante de su personalidad, y no quería equivocarme, tuvimos una niña y el
nombre elegido por mí fue Ximena.
Pero
en ocasiones los nombres quedan de lado cuando ves a esa criaturita hermosa y
le comienzas a llamar con apodos cursis y hasta algunos que para otros pueden
ser ofensivos, pero como en muchas cosas que ocurrirán en la vida de mi hija,
esas opiniones de la gente sobre cómo le digo a mi retoño no me importan, mi
hija ha sido víctima de mis apodos, como todos lo fuimos de nuestros
respectivos padres, llegándole a decir los siguientes: Polloyon, Cachetes, Gordis
Lobis, Niña Mono, Monstro, Mena, Chimena, Doña Tremendina, Colitas, Conejón, Mono Cachetón, etc.
Como
mamá cuervo, en mi caso papá cuervo, me la pasaría elogiando las
virtudes de mi hija, pero si algo me ha gustado hasta ahora es que posee una
terquedad que bien encaminada sé que le ayudará a conseguir las cosas que
quiere en la vida, es fuerte, no es frágil, bueno solo cuando nos quiere hacer
sentir mal por haberla regañado, y es muy inteligente, cuando le conviene,
porque cuando se lo propone puede fingir demencia y ser hasta payasita, además
no sé cómo sucedió pero me salió bailadora y le llaman mucho la atención los
instrumentos musicales, que para mí es un alivio aunque aún falta la cuestión
del gusto por la lectura que en un futuro podré ver si le logro inculcar
lentamente.
Como
todo papá tengo miedo de equivocarme, tengo miedo de que en mi afán por
prepararla para la vida mi insistencia en algunas disciplinas como la música y
leer se le conviertan en cosas indeseables, por eso busco irme lento, para no
saturarla, confío en que la información genética heredada le despierte la
curiosidad suficiente como para quedase atrapada por los encantos de la música,
literatura y el baile.
Como
les decía en un principio los hijos nos cambian la vida de maneras inesperadas,
mi hija ha llevado a cabo un par de travesuras que se me han hecho muy simpáticas
y excelentes anécdotas, como la ocasión en la que sumergió por segunda vez mi
Black Berry en el WC, y la mejor y última que hizo, la cual contaré más
detalladamente.
Resulta que me dispuse a leer a los clásicos de la
literatura y me compre el libro El Anticristo de Friedrich Nietzsche el cual
comencé a leer y con el paso de los días se me hizo repetitivo y hasta absurdo,
me hartó, me estanqué tratando de leerlo, lo dejé un el baño y en mi ausencia
mi hija encontró abierto el baño y tal vez intuyendo el hartazgo de su padre
sobre ese libro lo tomó y sin piedad lo tiró al WC cuando este estaba sucio, lo
que yo interpreté magistralmente como que Ximena había mandado a la mierda el Anticristo
de Nietzsche.
Esa obsesión de Ximena de tirar las cosas al excusado
se me hace hasta filosófica, lo interpreto últimamente como un “Recuerda que si
hay cosas en la vida que te molestan y no te dejan ser feliz, siempre puedes
mandarlas a la mierda” o al caño, llegan al mismo lugar.
Gracias a mi esposa cristina por haber regalado esta
niña maravillosa que, este viernes 28 de septiembre, cumplirá 2 años de haber
llegado a nuestras vidas, te amo Ximena, mi niña mono, mi amor mi Talismán.
Feliz cumpleaños mi niña.
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