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I
Yo sabía que esa época del año era mala, mi abuelo ya lo decía, esas “gringadas” solo podían traer chingaderas a la cultura mexicana, y lo que ocurrió aquella vez no hizo más que confirmar las palabras del viejo.
Iniciaba octubre, en la oficina sabíamos que las cosas se iban a poner feas porque la gente enloquece ese mes con su jalogüin, se incrementan los reportes policiales por sacrificios de animales, desaparición de personas, borracheras, cabrones disfrazados espantando gente y en los casos más extremos sacrificios humanos, créanme cuando les digo que no estoy exagerando, es como si realmente se abrieran las puertas del infierno y todo lo malo que uno cree que pudiera pasar pues simple y sencillamente pasa.
Todas esas historias de brujas, rituales, lunas llenas y pendejadas alimentan la mente enferma de personas egoístas que buscan poder en la oscuridad, todo porque sus plegarias no fueron escuchadas o simplemente porque les vale madre el mundo y les da igual si se los carga la chingada regalándole su alma al diablo y todo por satisfacer a cambio sus más oscuros deseos, la neta eso me vale pito, el problemas es que no se limitan a joderse la vida ellos solos, porque no es suficiente, buscan joder a los demás, lastiman gente y animales creyendo que ofreciendo sacrificios se les van a cumplir sus caprichos, están pendejos, el problema viene cuando se les pasa toda esa toxicidad y regresan a la realidad descubriendo que de nada sirvió su pinche sacrificio porque al diablo le vale madre lo que ellos quieren y para acabar rápido ese cabrón tiene mejores cosas que hacer.
Pensando estaba en esas pendejadas cuando el comandante aventó en mi escritorio una carpeta que al estrellarse contra la superficie dejó al descubierto unas fotografías que a primera vista dejaban ver una sábana blanca, y no era Gasparín, pero casi, esa era la señal que indicaba que todo se iba ir a la mierda los próximos días.
No pude evitar mostrar mi desagrado al ver la carpeta, me rasqué la cabeza y miré al jefe con cara de ¡no mames!, no me pidan que les describa cómo es eso porque estoy seguro que saben a lo que me refiero, es esa misma cara que le ponen a su maestro cuando les deja un putero de tarea, la misma jeta que hacen cuando acabas de limpiar el piso y el perro de vuelve a cargar, la misma cara de cuando vas por unos tacos y resulta que ya cuestan más y tienen menos carne, la misma cara de cuando en la película te caga el final, creo que ya entendieron.
Mi jefe solo me regaló una sonrisa torcida, se dio la vuelta y se fue, ni siquiera me dijo de qué se trataba, tuve que leer el puto informe de cabo a rabo junto con las fotografías del forense; causa de la muerte hemorragia, cuando leí eso me regresé a las fotos, se me hizo raro que indicaran eso cuando no había visto rastros de sangre en el cadáver, o por lo menos eso pensaba hasta que una de las fotografías mostraba un par de orificios en el cuello de la víctima, que por cierto se trataba de una mujer de unos 35 años de edad, no había señales de violencia física pero al parecer por medio de los orificios le habían drenado toda la sangre hasta dejarla seca. Se confirmaba mi sospecha, todo se iba a ir a la chingada.
Continuará...つづく
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SANGRE O TRUCO: CAPÍTULO II
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1 comentario:
Que placentero es leerte amigo me haces sentir muy animado!!!
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