"En un asalto: si le piden objetos de valor, entreguelos,
si lo golpean, y sabe cómo, golpee y aléjese,
si está en peligro inminente de muerte, y puede, mate antes de que lo maten."
-Lógica e Instinto.
Los hechos de sangre que vienen
azotando al país en la última década nos hacen preguntarnos qué está pasando en
México.
Dicen que nadie experimenta en
cabeza ajena, solemos ser insensibles y hasta apáticos cuando nos enteramos de
algún asesinato, cualquiera que haya sido el móvil, llámese ajuste de cuentas,
asalto, secuestro, violación o ejecución, dicen que es culpa de los medios,
pero creo que los medios solo reproducen la realidad, tal vez le agreguen de su
“cosecha”, pero no se andan inventando muertos porque sí.
Puede ser que el saber de tanto
asesinado a diario nos haga un tanto carentes de la capacidad de asombro que de
niños tuvimos, no quiere decir que ya no nos importe, más bien creo que
comparten mi manera de pensar y concluyen que ya no es noticia, lo que antes
era novedad hoy, desgraciadamente es cotidianeidad, noticia volvería a ser una
baja en el índice de asesinatos, o de plano que dejan de ocurrir.
Quienes nos detenemos a pensar un
momento en las personas que pierden la vida posiblemente hacemos una
clasificación de los que se lo merecían y los que ni la debían ni la temían,
quienes están en la guerra contra el crimen organizado saben que cada día puede
ser el último, llámese capo, sicario, gatillero, pistolero, informante,
traficante, policía, ministerio público, militar, juez, autodefensa, etc., saben
a lo que se exponen, pero los que no tienen intención de entrar a la fiesta están
cayendo también, le llaman daño colateral, y nadie les pregunta si quieren ser
parte de la estadística.
Después de este pequeño panorama
que les acabo de plantear quiero que piensen por un momento si acaso no ha pasado
por su mente el cómo evitar ser víctima de esa gente sin escrúpulos que van por
ahí quitándole la vida a sus semejantes, no soy partidario de ninguna religión,
sin embargo estoy consciente que muchas veces los 10 mandamientos, hayan o no
hayan sido dictados por Dios, son un catalizador para sociedad promedio, si
bien en otras religiones no existen los 10 mandamientos cuentan con otras
reglas que lo mismo condenan ciertas prácticas que se consideran como impuras o
pecadoras, y creo que una de las más importantes es “No Matarás”.
Si de por sí matar ya es algo
malo, imagínense cuando se hace torturando a las personas, va en ello una siniestra
maldad más allá de la comprensión y justificación conocida, el ser humano puede
crear vida, pero también puede quitarla, sin embargo en el segundo caso ha
ideado métodos terribles a través de la historia.
Pero regresando a la pregunta que
les planteo, ¿han pensado cómo evitar ser parte de la estadística?, bueno
imagino que sí, y posiblemente han pensado desde comprar un arma, convertir su
casa en una fortaleza, contratar guaruras, blindar sus autos, aprender a
defenderse, etc., sin embargo déjenme decirles que es muy posible que en su
intento de conservar su vida termine quitándosela a quien quiere hacerle daño,
a eso también se le puede llamar daño colateral, instinto de supervivencia, o
por último, reflejo.
Las leyes sentencian las
autodefensas, la justicia por propia mano, la portación de armas, la utilización
de artefactos de defensa personal, entre otras cosas, pero al final no pueden
eliminar la información genética que todos los seres humanos traemos y que
compartimos con casi todos, si no es que todos, los seres vivos, y es el
instinto de supervivencia, si vemos que nuestros semejantes caen sin haber
buscado ese destino fatal es obvio que buscaremos protegernos y proteger a los
nuestros a costa de lo que sea.
Alguna vez, en una clase de
defensa personal se nos aconsejó sobre la manera en que debemos actuar ante una
situación de agresión en nuestra contra, específicamente un asalto, lo primero
es entregar nuestros objetos de valor y cooperar con el agresor, no intentar
nada audaz ya que no somos más rápidos que una bala ni tan mortales como un
machete o cuchillo, sin embargo cuando existen golpes y agresiones físicas
hacia nuestra persona y existe una oportunidad de responder a la agresión hay
que accionar con rapidez y contundencia abandonando
inmediatamente la escena, pero cuando nuestra vida está en peligro inminente y
hay que elegir entre nosotros y nuestro agresor el instinto hará lo propio y la
razón vendrá con él para quitarle la vida a quien desea quitárnosla.
Lo que planteo puede ser
escandaloso, pero cuando se trata de la vida propia o la de un ser querido no
existen limitantes para resguardarla, desafortunadamente se entra en una
espiral de violencia casi infinita, el instinto no entiende de leyes, cuando la
vida está en juego la prioridad es luchar y sobrevivir.
Nadie está exento de sufrir una
agresión de cualquier tipo y sería realmente importante que como cualquier imprevisto
no nos tomen desprevenidos, si el estado no puede garantizar nuestra seguridad
nosotros tenemos que buscar la manera de prepararnos para no sucumbir ante la
inseguridad, hay que cambiar o modificar hábitos, aprender a manejar
situaciones de peligro, educar a nuestros familiares sobre cómo reaccionar ante
situaciones extremas, informarse sobre qué medios de defensa son permitidos, sus
alcances y limitaciones, tomar cursos, si es posible, familiares de defensa personal,
etc., al final del día estamos solos y si nos preparamos un poco para lo peor,
estaremos un paso delante de nuestros agresores.