lunes, febrero 08, 2016

HARAKIRI: CRÓNICA DE UN MADRUGADOR





Desperté a las cero cuatrocientas horas, no quería, la alarma del teléfono insistía en que así tenía que ser, necesito hacer un trámite y la eficacia y eficiencia de nuestras oficinas de gobierno solo permite que repartan 200 fichas por día. 

Hace frío esta mañana, me visto y salgo a la calle sin la esperanza de tomar un taxi, no tengo cambio, no me voy a arriesgar a ser sermoneado por un taxista trasnochado y de mal humor, decido caminar, estoy en Fraccionamiento Bonanza y me dirijo a oficinas de Plaza de Armas, la costumbre de caminante me dice que no es una distancia larga.

Cuatro y media de la mañana y ya voy caminando, un sonido en un terreno cercano me pone alerta, cuando caminas por las calles oscuras te vuelves asustadizo como venado, volteo a ver y entre la penumbra una pequeña criatura camina por entre el monte, no logro distinguir qué es pero me ayuda a recordar que las calles ya no son seguras.

Mientras camino pienso, yo no sé ustedes pero eso de pensar, la introspección a veces se me hace tediosa, pesada, me abruma, me gustaría no pensar, caminar como muerto viviente y nada más.

El primer ser humano que me topo es un señor en su triciclo, se dedica a recoger latas y cualquier cosa que le compren las recuperadoras de aluminio, mientras avanzo vuelvo a pensar, miro el terreno en el que pronto habrá un edificio y luce sucio, botellas de plástico por doquier, en ocasiones me da por querer ser pepenador de botellas de plástico, hay miles por la ciudad, somos inconscientes las tiramos por todos lados sin importarnos.

En mi andar paso por una tienda de llantas, luces de colores llaman mi atención, adivino que es un pequeño altar, es probable que en el haya una virgen de Guadalupe o un San Judas, me hace recordar unas líneas de la canción "El Boxeador" de Enrique Bunbury: "la virgen de Guadalupe, te protejerá"; él se tatuó una en el antebrazo, hasta el aragonés se volvió guadalupano.

Entre más camino más pienso, siempre he dicho que si me pagaran por pensar otro gallo me cantaría, entonces observo lo que hay a mi alrededor y me gusta pensar que Villahermosa no es tan mala, eso me recuerda un chiste que me imagino que dependiendo del lugar cambia: lo malo de Tabasco son los Tabasqueños, yo lo soy, no soy tan malo.

Camino y camino, pienso y pienso, ¿realmente uno no progresa por flojo?, en lo personal tengo trabajo, no gano mal, me hace sentir miserable nada más, y no lo dejo porque tengo responsabilidades económicas ineludibles, eso no me pesa, lo que realmente me aniquila es que ya no me alcanza, llevo casi un año buscando un trabajo de medio tiempo, no lo encuentro, muchos pensarán que eso me pasa por no estudiar, imaginen la sonrisa irónica que se dibuja en mi cara, tengo un título universitario, tardé en tramitarlo porque en mi trabajo no es muy necesario, pero lo tengo, soy Licenciado en Comunicación, y lo volvería a ser y a hacer, considero que soy bueno, o no tan malo, tengo experiencia, hay gente que lo sabe, te dicen que "si la armas", pero nadie te paga por lo que sabes hacer y tampoco te emplea, otros que no comparten tu profesión menosprecian tus habilidades, solo eres bueno cuando te usan para algo que les conviene.

En otros países si se puede tener más de un empleo, aunque termines como el tipo de la película de Pedro Infante y Luis Aguilar, el esposo de la casera de los departamentos donde viven, ese que en las escenas llega corriendo gritando "ya vine vieja" se cambia de ropa para ir a su otro trabajo y se despide gritando "ya me voy vieja".

Yo creo que si me buscan en internet encontrarán algo sobre mí solo tienen que teclear Eduardo Vargas Carrillo, Lalo Ravenloft o Vida de Ronin y me encontrarán, me he dado de alta en cada sitio que oferta trabajo para Villahermosa y solo he conseguido una entrevista, según querían un guionista pero lo que en realidad buscaban era un corrector de estilo, me preguntaron qué tal andaba en ortografía y les dije que muy mal, pero redactando me defendía muy bien, posiblemente eso me condenó y el hecho que solo les podía trabajar de cuatro de la tarde a doce de la noche; me postulé para un puesto de vendedor en una tienda deportiva y no me llamaron, todas las ofertas de trabajo son de tiempo completo, te piden ser el empleado perfecto y pagan una miseria.

Mi ruta me hace pasar por el Parque Tomás Garrido, hace unos días corría por ahí y vi a un hermano indocumentado pidiendo dinero en el semáforo para continuar su viaje a los Estados Unidos, él al igual que muchos más busca una mejor vida en un país que ha sido levantado por migrantes, un país en que si quieres y puedes trabajar sin parar te da trabajo, lograr el sueño americano, yo también lo he considerado.

Se escucha actividad en el parque, los amigos de limpia barren las hojas, ya hay corredores calentando, los observo a lo lejos porque voy de paso, al otro lado, a lo lejos también, miro a la mujer ceiba, su escultura hizo que se nos ocurriera un proyecto en video, pronto verá la luz.

Miro el reloj y faltan quince minutos para las cinco de la mañana, llevo buen tiempo, estoy pasando el Parque de los Guacamayos, en el semáforo un vochito parece haberse descompuesto, mi padre tuvo uno, yo aún me gustaría tener uno, a muchos no les parece funcional, pero cuando vives al día, sin coche, una de duda de millón y medio y un embargo un vocho es un coche de lujo.

A la altura de la gasolinera Orsan de Paseo Tabasco hay un Oxxo y de ahí un hospital, hace muchos años allí estaba el café Alegro, creo que así se llamaba, en una ocasión con los amigos de la universidad nos metimos a tomar un cafecito, son buenos recuerdos, y hablando de recuerdos pienso en cómo con los años algunos nos volvemos nostálgicos, cuando somos jóvenes queremos comernos el mundo y despreciamos nuestros ranchitos, nuestros pueblitos, nuestras pequeñas ciudades y cuando crecemos y maduramos valoramos más esos lugares porque nos evocan recuerdos, algunos malos y otros buenos, como el que llega a mi mente mientras camino por 27 de febrero, allí renté un cuarto con la Jekka Ortíz Oramas, casi nunca nos veíamos, supongo que cada quien tenía cosas en qué pensar, demonios que domar, heridas que sanar, poemas que escribir, canciones por cantar y lágrimas por derramar, me sirvió mucho la soledad de ese lugar para estimular mi creatividad.

Siguiendo 27 de febrero paso por la secundaria Concha Linares; cuando llevé la materia de estrategia multimedia implementamos un programa de lectura, nos dieron dos grupos del turno vespertino, parecía ser que a propósito nos pusieron al frente de los dos peores grupos de la tarde, los chavitos totalmente desubicaos, con problemas en casa, parecía película gringa, fue un reto, a mí me tocaba hablar con ellos para que iniciaran su gusto por la lectura, allí recuerdo haber llevado algunos libros para platicarles sobre ellos y el que más les llamó la atención fue uno de Homero Aridjis llamado "Santa Muerte" de editorial Alfaguara, hasta me lo pidieron prestado, había buenos elementos.

La experiencia frente al grupo me ha hecho pensar en la docencia, pero siento que no poseo nada que pueda enseñar, sería un buen trabajo, tuve excelentes profesores que ahora son buenos amigos, tal vez algún día me dediqué a eso.

Son las cinco y siento que voy tarde, no me falta mucho, estoy cerca, paso estoy en la bajada de 27 de febrero en dirección al Instituto Juárez, miro un triciclo de un vendedor de aguas frescas, este se encuentra tumbado sobre una jardinera con una gorra en el rostro junto a otro compañero ataviado con un impermeable amarillo que también duerme, estuve tentado a fotografiarlos y subir la imagen a las redes con un pie de foto que dijera "a qué le tiras cuando sueñas mexicano" no sé si esa letra es de Chava Flores, decidí no hacerlo traía prisa.

Las cinco de la mañana con diez minutos y llego al registro civil, ya hay diez personas esperando, solo se reparten 200 fichas para trámites locales y 25 para foráneos, doy los buenos días y me formo, no sé qué aventuras pase hoy aquí, pero si es interesante y me acuerdo, se los contaré, solo si tienen tiempo para leer.


No hay comentarios.: