Dedicado a Cheles North y a todos aquellos que, como ella, me querian leer otra vez.
“Ronin, el que se mueve como una nube y golpea como el mar”
Y pues si, estoy de regreso, realmente intenté estar alejado de este lugar, mi dimensión desconocida, mi triangulo de las bermudas, mi dimensión paralela en la que si soy importante, el país en donde soy amo y señor y en el cual los billetes llevan mi fotografía, blog de consuelo para un escritor, que se dice serlo, un guionista sin trabajo que realizar, un pseudos intelectual que ya no sabe si existe la izquierda o la derecha o si eso importa, un occidental renegado de la fe cristiana, un extranjero de la vida misma que por iluso falsificó un pasaporte con destino a la cruda realidad, un freak enajenado por la cultura oriental, un burócrata victima de su poder adquisitivo, un estudiante queriendo ser maestro, un Ronin queriendo ser Samurai en tiempos en los que eso ya no importa.
Durante casi dos años firmé como Ronin, pocos saben qué se refiere uno al mencionarlo, un Ronin no era otro que un Samurai, que por así decirlo, caía en desgracia y dejaba de trabajar para algún señor feudal (Shogún), esto ocurría normalmente porque los Shogunes siempre estaban en guerra buscando expandir sus territorios prácticamente ya ningún señor feudal quería en su ejercito a un Ronin (samurai que hubiese perdido una batalla), eso no era muy honorable, al verse sin otra salida los Ronin se hacían contratar como mercenarios, guardaespaldas, se convertían en bandidos, algunos se fueron al campo y muchos otros se convirtieron en monjes, pocos fueron los que lograron recuperar su posición como Samurai.
En alguna página de Internet (wikipedia) se pueden encontrar los caracteres que forman la palabra Ronin en japonés, y que se pueden traducir como hombre ola, un hombre que va y viene, no tiene un lugar fijo en donde quedarse, en donde echar raíces, casi un vagabundo, y es así que decido autonombrarme Ronin, claro está en sentido figurado, ya que algunos lo toman muy a la letra argumentándome que en primera, no soy japonés y en segunda mucho menos un Samurai, pero como alguna vez lo mencionó el rokero Alex Lora, que bien en su otra vida pudo haber sido un maestro Zen, bueno ni tanto, “Tu puedes ser, tu puedes ser lo que tu quieras, puedes llegar, puedes llegar a donde quieras” .
Y precisamente por ser un vagabundo de la vida misma, un creador que trabaja para si mismo, un “completo incompleto” parafraseando a Pau Donés de Jarabe de palo, un Ronin de la comunicación. El Hagakure (libro conocido como el camino del samurai), menciona que los Samuráis tenían una frase favorita que decía: “Si no habéis sido Ronin siete veces, no podréis reivindicar efectivamente el título verdadero de Samurai. Tropezad y caed siete veces, pero levantaos a la octava”, y así entra caída y caída, de revés en revés, entre golpe y golpe, trato de reivindicar mi camino y si bien no reafirmar mi titulo de Samurai, si mi identidad, mi humanidad, mi creatividad, mi capacidad, mi fe.
浪人
RONIN
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