"La radio no tiene futuro,
los rayos X resultaran una farsa
y las maquinas voladoras
mas pesadas que el aire
son imposibles."
Thomson, William
Cuando hago una retrospectiva en
la micro historia de mi vida trato de ubicar el momento en el que me nació el
gusto por la radio y rápidamente vienen a mi mente 2 episodio de mi vida que me
hacen comprender de el por qué terminé haciendo programas de radio y del porqué
extraño la cabina.
De pequeño, tenía 7 u 8 años,
jugaba con mis primas a concursar en los programas que como mecánica con el
público tocaban canciones para que los radioescuchas adivinaran los títulos de
las mismas, con la diferencia de que a falta de una fonoteca de primer mundo cantábamos
las canciones y emulábamos a los locutores,
de los cuales durante mi infancia a los que más ubico, como Tabasqueño que soy,
son a Don Carlos Cesar Gil “El Jinete de la Pradera y a los Sivilla Zurita, en
especial al Jinete porque mi padre cuando me mandaba a abrir la puerta del garaje
lo citaba diciendo “¡abre el portón
peludo!” .
Años después durante mi adolescencia,
cursaba la preparatoria, escuche un programa llamado “El Rapidin”, con la voz
del Sr. Homero Santiago, hoy ya viejo conocido y pariente cercano, y fue allí
donde, como se dice popularmente: la puerca torció el rabo, sería la primera
vez que escucharía la manera de hacer radio al estilo del Distrito Federal,
cosa que a los más conservadores de la radio en Villahermosa Tabasco no les
caía muy en gracia.
Los albures, el cotorreo, la
música de moda y tratar temas abiertamente sobre sexualidad, los equipos de
promoción y dinámicas con el público me atraparon, no sé si el buen Homero
innovó en Villahermosa con una manera de hacer radio más de la capital,
probablemente alguien ya lo había hecho antes, pero fue lo que conocí, lo que
escuché y la razón por la cual después me dedicaría a este asunto.
Durante la carrera de comunicación
conocí el programa de Alejandro Cacho e Iñaki Manero, entendí lo que eran las
cadenas nacionales, descubrí la diferencia entre la radio local y la nacional,
me quedó claro que muchos locutores y líderes de opinión trabajaban en radio y
TV, y también supe que en aquellos años, y aún ahora también, no se podía decir
lo mismo en TV que en Radio.
En estos tiempos Tabasco ya
cuenta con una extensa cantidad de radiodifusoras en la banda de FM y AM, o en
ambas cuando estas son combo, existen programaciones que combinan las
producciones nacionales con las locales, y afortunadamente más “locutores”
tienen oportunidades de hacer radio, el problema aquí es que a pesar de que no
soy tan viejo, probablemente si soy más tradicionalista, y aunque hice radio de
entretenimiento echando relajo, programando complacencias y mandando saluditos,
cuando logré mi independencia creativa, es decir, cuando yo escribí mis
proyectos de radio, entradas, salidas, cortinillas, rompecortes, y producción
en general, opté por hacer una radio de contenido, la cual en Tabasco nunca he
visto que sea muy popular, en la ciudad de México existen programas temáticos
importantes, y la gente les presta a tención y los escucha, durante mi paso por
la radio descubrí que en Tabasco la mayoría prefiera las complacencias,
saluditos y albures a la información, el análisis y la buena producción.
Para quienes no lo saben uno
puede comprar su espacio en radio, el problema es que te lo venden y el
director de la estación solo se preocupa de que pagues la mensualidad a tiempo,
si el programa es bueno o malo no importa, lo que importa es el ingreso. Y qué
decir de muchos chavos que están haciendo radio, con todo respeto, muchos no
dan el ancho, y te pega en el alma que ellos estén al aire y yo, tú o ustedes no, pero eso tiene una
respuesta, posiblemente esos chavos inexpertos y en muchos casos ignorantes de
lo que es hacer radio, no cobran ni un peso, tal y como me ocurrió cuando
estuve en la radio del gobierno del estado, tal y como lo hicieron muchos de
mis compañeros, tal y como muchos a los que les apasiona la radio lo siguen
haciendo.
Si bien la radio en Tabasco ha
avanzado un poco aún le queda un largo trecho por recorrer, hay que reeducar a
gente para escuchar radio, obligar a los dueños y directivos s pagar a los locutores,
reporteros y equipo técnico y de producción salarios dignos, obligarlos a que
equipen sus empresas con aparatos funcionales y de buena calidad, obligar a
quienes hacen radio a comprometerse con un medio tan noble como lo es la radio.
Lo bueno de tener tantas
estaciones ahora en Villahermosa es que si no te agrada algo le puedes cambiar,
hoy yo ya no escucho Panorama informativo de grupo Acir, me cansé de Alejandro
Cacho e Iñaky Manero y Areli Paz, hoy prefiero escuchar W Radio y los programas
de Héctor Jimenez Landín, Martha Debayle, Fernanda Tapia, programas como El
Hueso con Fernando Rivera Calderón, y a muchos otros, porque a pesar que son de
Televisa, en mi humilde opinión, me inspiran confianza y credibilidad, esa que
ante las cámaras de la televisora de los Azcárraga es cuestionable en su
totalidad, porque mientras Alejandro Cacho regaña a gobernadores y se mete con
todo mundo en su programa de radio, cuando llega a Televisa a leer noticias es
un niño muy obediente que no dice nada, tal vez por eso ya no lo hace con
frecuencia, pero queda claro que la gente de W Radio al no tener los
reflectores en frente es más libre, tienen la opción de denunciar con más punch
y cumplir con sus responsabilidad social, esa es la radio que me ha gustado, y
la que estoy consumiendo.
Recuerdo que cada que escribía un
proyecto para un nuevo programa de radio me partía la cabeza pensando hacer
algo que agradara a los directores de las radios locales, nunca les gustaba
nada de lo que uno presentaba, porque no era “comercial”, pero al rato
escuchabas tu proyecto al aire, con otro nombre claro, y la verdad no creo que
haya cambiado tanto, por eso abandoné la idea de la radio comercial y decidí
insistir una y otra vez en regresar al lugar que me hizo locutor, 94.9 FM, la
radio del gobierno del estado, porque si bien no era libre de tocar temas
políticos, no me limitaban al hablar de música, ciencia, tecnología,
literatura, comics y cultura general, contenido pues, el mismo formato que
tienen los programas de cadenas nacionales, contenido que en la radio local es
del gusto de muy pocos.
Aún así me gustaría regresar a
hacer radio, me gustaría estar en cabina, me gustaría ganar un salario por
hacer lo que me gusta sin tener que andarle rogando a los patrocinadores que me
compren publicidad, me gustarían tantas cosas, pero no siempre se tiene lo que
se quiere, por lo menos mientras eso pasa seguiré monitoreando las estaciones y es cuchando la evolución de la radio local,
que tal vez sea lenta, pero segura.