"Aunque tú me olvides,
te pondré en un altar de veladoras,
y en cada una pondré tu nombre,
y cuidaré de tú alma.
Amén."
ANTES DE QUE NOS OLVIDEN, CAIFANES
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LA CUCA |
La Cuca se entregó al público
choco como si hubiese estado tocando en el Vive Latino, hay quien me va a
criticar por decir esto pero, seamos honestos, Villahermosa no es la plaza más
buscada por artistas para dar el concierto de sus vidas, los Tabasqueños somos
un público difícil, engreído, ingrato, algo grosero y mal educado, nos quejamos
de que los empresarios no nos traen buenos eventos y cuando los hay, no vamos,
el precio se nos hace muy elevado y además para terminar no contamos con
espacios lo suficientemente preparados para albergar un espectáculo de ese
tamaño, en eso Chiapas nos ha superado de manera apabullante.
José Fors bromeaba con la gente,
dedico rolas a los que si amamos el rock y nos dio cachetada con guante blanco
a quienes entre los gustos culposos hemos escuchado a Moderatto, le echó tierra
a los de Maná y se pitorreó de los Panda, pero al final de cuentas dijo que
todo era cotorreo, y ya pensándolo bien confirmó que los Maná si eran unos
possers y que si se enojaban por lo que él acababa de decir pues le valía un
cacahuate, siempre polémicos, siempre auténticos, antes que existieran los
Molotov los de La Cuca ya hacían que los más conservadores se sonrojaran con
sus letras, “La pucha asesina”, “Señorita Cara de Pizza”, “Las Gordibuenas” y
su mítico e inmortal “Son del dolor” con su …me
matas y me excitas con tanto dolor, y qué decir de la provocadora playera de
Galo Ochoa, guitarrista de la Cuca, con su ya clásica frase que recorre festivales
en la república: Cuca Mesta.
Llegó el momento de despedir a
sus majestades las cucarachas roqueras que como dato para enriquecer nuestro acervo
cultural nos dijeron que Los Pandas solo cogen una vez al año y que Las Cucarachas
todos los días, dato que prendió de nuevo a la banda que no simpatiza mucho con
las nuevas agrupaciones como la de los osos bicolores.
Se dio un pequeño espacio para
que todo equipo del backstage iniciara el cambio de amplificadores, baterías,
percusiones y todo lo demás para recibir a un
grupo que para muchos de nosotros había desaparecido del mapa, un grupo
que revolucionó la escena del rock nacional al fusionar la cumbia norteña con
fraseos de hip-hop y rap aderezados con el emblemático acordeón y la guitarra eléctrica,
un grupo que nos enseñó a bailar el Chúntaro Style y que sacó a la luz la
música de los barrios más bravos de Monterrey, esos a los que no se puede ir a
pasear porque no se sabe si regresarás, con gran energía entraban al escenario
los vatos locos de El Gran Silencio.
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EL GRAN SILENCIO |
Nunca los había escuchado tocar
en vivo y mucho menos había sido testigo de la energía tan electrizante que
irradia su música, puedes ser un rockero ortodoxo que no toleras las fusiones
entre chunchaca y guitarras eléctricas, pro cual flautistas de Hamelin los
Chúntaros hicieron bailar hasta al más tieso, y cómo no iba a ser así, si El
Gran Silencio sabía perfectamente que se encontraban en la tierra donde un
ícono como Chico Ché había puesto a bailar a generaciones pasadas y presentes,
el respeto y cariño mostrado por El Gran Silencio hacia el público Tabasqueño
fue bien correspondido, los de la agrupación se solidarizaron con la banda
tabasqueña al declarar su desprecio por los políticos mentirosos y rateros, una
video proyectado en la pantalla gigante con Díaz Ordaz de fondo levantó la rechifla
del respetable y removió viejas heridas de quienes sabían de quien se trataba y
qué es lo que había hecho con los jóvenes, era la imagen de la represión y la
tiranía en toda la expresión de la palabra.
A manera de homenaje póstumo
apareció la imagen de fondo de la ya desaparecida Rita Guerrero, muchos quisimos
llorar, muchos no se guardaron las lágrimas, la que en vida fuese vocalista de
otra banda de leyenda como Santa Sabina y que falleciera de cáncer en Marzo del
2011 nos miraba desde la pantalla y sabía perfectamente quienes sí la
reconocimos y lo mucho que lamentábamos su pérdida.
Otros homenajeados fueron los
Pachucos de la Maldita Vecindad al recordar uno de sus éxitos más emblemáticos
por el grupo regio: “Pachuco”, poniendo a bailar a todos los asistentes, excelente espectáculo
el que nos brindó el grupo norteño que en ningún momento escatimó en dar lo
mejor de sí para poner un ambiente de fiesta entre los que asistimos, si bien El gran
Silencio no pasa por su mejor momento, ya que no presentó material nuevo, es en
definitivo, un grupo que sin ser el estelar de esta edición del Corona Music
Fest armado para Villahermosa, superó las expectativas de todos los que, en
honor a la verdad, teníamos nuestra mira puesta en los Caifanes.
Con el ambiente es su punto, cortesía
del magnífico show de los maestros de El Gran Silencio, al retirarse estos, un
anuncio pedía al respetable no utilizar los flashes de sus cámara ya que al
guitarrista de la banda legendaria Caifanes, Alejandro Marcovich, estos le
hacen mucho daño, lo anterior como secuela de una cirugía que le practicaron en
el cerebro durante el año 2010 donde le retiraron un tumor que para beneplácito
de sus seguidores salió excelentemente bien permitiéndole regresar a los
escenarios al culpable de darle un sonido tan especial a esta banda con letras mágico-surrealistas.
Pero Marcoivh no ha sido el único
Caifan que se ha visto convaleciente por motivos de salud, el emblemático cantante
y compositor de los mejores éxitos de la agrupación, Saúl Hernández, durante
los 90´s fue sometido a 40 operaciones
de la garganta donde le fueron retirados diferentes tumores que le minaron la
voz durante 2 años, es lógico que el Caifan mayor ya no puede echarse una versión
de la estridente “Aviéntame” como en sus años mozos, pero haciendo un análisis
rápido de su voz durante el concierto podemos concluir en que se le escucho
bien, cómodo y sin molestia aparente ya que independientemente de su actuales
limitaciones vocales, solo detectadas por el público conocedor, Saúl tuvo a su
merced un buen coro que le acompañó desde la primera hasta la última rola.
De manera más reciente Sabo Romo también
fue cliente de los hospitales, el pasado mes de abril del presente año, el
bajista de los Caifanes fue intervenido del tronco supraaórtico que se le había
pre-programado por recomendación de su médico, con fines preventivos, el
propósito de la intervención fue liberar la circulación de la sangre de la
arteria carótida para que irrigue adecuadamente.
Y cual porra de los Pumas, cómo
no los vamos a querer, si a pesar de las adversidades por las que
individualmente pasaron estos “Guerreros de Sangre”, hoy, cuarentones, con más
éxitos que fracasos, sus egos fueron dejados de lado para pregonar, con el ejemplo,
el amor y hermandad de la que el buen Saúl siempre le habla a su “raza”, a la
raza de los Caifanes, esa que si por ellos fuera, seguirían a Hernández como a
una especie de chamán o gurú moderno teniendo como aliados a Diego Herrera
(teclados, percusiones, sax), Alejandro Marcovich (guitarras), Sabo Romo (bajo,
voz) y Alfonso André (batería, percusiones, voz).
Esta banda legendaria unió a 3
generaciones la noche del sábado 8 de junio en el estacionamiento de El Parque
Tabasco de Villahermosa Tabasco, cumplieron sueños al dejar ser observados por
quienes no los vimos en sus inicios, se entregaron con el alma a su público sin
importar si éramos unos cientos a comparación de otros foros, se solidarizaron
con nuestra situación política al pedir “Justicia para Tabasco”, se comportaron
como los que son: ejemplo de lucha y constancia, nos recordaron que siguen
vivos musicalmente hablando y que reafirmaran su majestuosidad antes de que los
olvidemos.
Gracias Caifanes, esperamos
volverlos a ver pronto, se robaron el corazón de Tabasco, esperamos nos
permitan viajar con ustedes de nuevo y darle una vuelta al cielo, para ver, lo
que es eterno.