viernes, enero 02, 2015

ESCRITOR DEL DESTINO. 1ra. ENTREGA


"No escriba más que ficción,
el resto le traerá problemas"
Harry Quebert a Marcus Goldman en
 "La verdad sobre el caso de Harry Quebert"
 de Joël Dicker


Francisco pasaba sus horas de trabajo pensando cómo ganar más dinero, las deudas lo estaban ahogando, el divorcio lo estaba consumiendo económicamente, necesitaba asegurar un poco algunas cosas de sus hijas para poder vivir sin tantas presiones, en la computadora consultaba los diarios en busca de algún empleo que pudiera hacer después del trabajo, pero no encontraba nada serio, ganaba lo suficiente, pero digamos que lo suficiente para alguien que no tenía deudas, para él cada centavo de su sueldo estaba comprometido, ese era el problema, se preguntaba quién querría contratar a un aspirante a novelista sin ningún logro editorial considerable, vaya, no había ganado ni un concurso literario en su vida,  sabía muy bien que sus trabajos sin publicar que guardaba celosamente en su ordenador portátil no eran el hit literario que el mundo esperaba, sin embargo ese lado soñador que tanto le ayudaba a escribir lo hacía pensar en que si le escribía un mail a su director de cine, guionista y creativo favorito tal vez éste se interesaría en alguna de sus historias, ya se veía trabajando codo a codo con Guillermo del Toro en alguno de sus locos proyectos de cine,  pero al final del día solo eran sueños, la hipoteca no se pagaría con esos sueños, ni el auto, ni la educación de sus hijas, ni la manutención de una nueva familia, todo era complejo, tanto pensar en ello lo deprimía, pero a veces se animaba con frases como “para que las cosas mejoren primero tienen que  empeorar”, el problema es que no sabía qué tanto deberían empeorar para mejorar, el tiempo lo diría.

La escala de violencia que estaba azotando a la ciudad de Villahermosa parecía una pesadilla, cuando leía las notas rojas en los diarios parecía que se referían a otro lugar y no a su Villahermosa, a mucha gente no le gusta, pero él era casi feliz viviendo en su ciudad,  en especial por su comida regional, lo más rico de lo rico, a menudo pensaba en los platillos deliciosos que extrañaría si se fuera a vivir a otro lugar, las butifarras de Jalpa, los chanchamitos de costilla de puerco, los tamalitos, el puchero con caldito de chile amashito y cebollita picada bien curtida en limón, todas esas cosas deliciosas que a pesar de vivir en el estado no comía seguido y se preguntaba por qué, entonces lograba recordarlo,  porque no tenía dinero, y llegaba a la conclusión de que mucha gente consideraba esos deliciosos platillos como una comida para “pobres”, sin embargo sabía que la gente de dinero podía decir esas cosas pero al final del día no había persona que se resistiera a chuparse los dedos después de haberse comido unas maneitas bien fritas con salsa de tomate bien picosa.

Francisco se estaba cansando de buscar chamba sin encontrar, mandaba currículos, asistía a entrevistas y nada, estaba dispuesto a lavar trastes, servir mesas, choferear, etc., pero la suerte no estaba de su parte, o posiblemente le aguardaba algo mejor en algún lugar.

En uno de sus días negros decidió escribir en su muro de facebook una declaración que denotaba su mala racha, una amiga al parecer se preocupó y le comentó que si lo que necesitaba era un trabajo de medio tiempo lo mejor que podía hacer era darse de alta en una página que ofrecía trabajos como freelance en los que se podía colaborar desde la comodidad de sus casa, la liga era www.talachita.tab, en un principio no le convenció mucho pero suponía que no perdía nada en intentarlo, así que decidió entrar a la dichosa página  y probar suerte. Abrió el sitio y comenzó a llenar sus datos, nombre completo, apellidos, dirección, código postal, número de teléfono, correo electrónico, RFC, entre otras cosas, el llenado de los formatos no era una cosa muy divertida para “Pancho”, como le decían los amigos, sin embargo esperaba poder encontrar algo que le generara nuevos ingresos.


Pancho siempre había sido desordenado con sus finanzas, la administración no era lo suyo, sin embargo no existía cosa más satisfactoria para él que ganar dinero haciendo lo que más le gustaba, y para lo que creía que era bueno, y específicamente se trataba de su chamba como creativo, alguna vez había colaborado en una revista y le habían pagado esas notas, también  había cambiado la letra a una canción conocida por una escrita por él para la campaña de un político, esas experiencias no las cambiaba por nada en la vida, y si este portal le daba la oportunidad de repetir esas proezas, pues adelante.

Continuará...

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